Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

La vida ha abandonado al ser "unipolar". "Adán" y "Eva" se apresuran hacia su tumba, pero sus almas se apresuran hacia "el árbol de la vida". El hijo de Dios iniciado en la oscuridad se apresura de regreso a su Padre eterno  1229. Dicho ser "muerto" espiritualmente o "cadáver vivo" es el altamente degenerado hombre terreno. Este ser sólo tiene el principio matrimonial, el estado sexual unipolar, la luz celestial que antes daba vida, inspiración, fuerza y ganas de vivir, de una forma muy reducida y débil, de hecho, como máximo sólo como una corta repetición de un estado que una vez, en vidas desaparecidas desde hace mucho tiempo, ha poseído a la perfección, un estado que antes, en las vidas terrenas, duraba toda la vida, pero que ahora sólo constituye el muy breve periodo de "la luna de miel" en cada una de estas vidas, es más, por lo que concierne a muchos seres, este periodo, en realidad, ya no existe, dado que la repetición es tan breve o corta que ya no se experimenta en ningún grado especial en la conciencia diurna despierta. Pasa por la mentalidad del individuo sin dejar rastro. Que, por consiguiente, un hombre terreno así ya no existe como un ardiente amante del sexo contrario es, naturalmente, obvio. De hecho, incluso a veces puede suceder que "odie" a este sexo. Pero si todavía tiene una inclinación tan grande hacia este ser, que ha hecho que se haya atado en matrimonio, se da por descontado que un matrimonio así sólo se ha convertido en una repetición más o menos imperfecta del verdadero matrimonio divino. Su saciedad del disfrute de una pareja sexual se presenta muy rápidamente. Y "la luna de miel" tiene una duración de modo correspondiente igual de corta con dicha pareja. De hecho, finalmente el ser va, como quien dice, de pareja a pareja sin haber, sin embargo, tenido ninguna verdadera relación anímica con ninguna de ellas, a pesar de haber realizado el acto sexual con estas parejas. El orgasmo sólo fue una pura satisfacción física vacía o sin contenido sin darle ningún alimento al alma, sólo fue una satisfacción física para el cuerpo, igual que una comida es una satisfacción para el estómago. ¿Qué se opina de un orgasmo que se ha convertido en una "mercancía"? ¿Qué se opina de una pareja sexual que única y exclusivamente sólo es un asunto de "dinero"? ¿Dónde está la luz celestial de una pareja sexual para quien el acto sólo es un trampolín o un medio para conseguir el mayor beneficio económico con la menor aportación posible, sólo se ha convertido simplemente en un "oficio"? ¿Dónde está "la luna de miel" en una esfera sexual en que lo más elevado de la vida se pone en venta por plazas, calles y patios interiores? ¿Puede la naturaleza más íntima o verdadera de un ser, el hecho de convertirse en "una carne" con otro ser, hacerse un asunto de "compra y venta"? ¿Pueden los rayos celestiales: el más profundo e íntimo deseo de amor del alma, satisfacerse con un "artículo de subasta"? No, de ninguna manera. ¿Qué es entonces lo que sucede aquí? Lo que sucede es que "el fuego supremo" ha abandonado al ser "unipolar". Este ser busca y busca incansablemente la luz celestial por todas partes. Se casa una y otra vez y cada vez cree que, precisamente, ahora ha encontrado esta luz, es decir, "la felicidad". Se apresura a través de la infidelidad, del libertinaje, desdeña el peligro de enfermedades horrorosas y que minan la salud, pide, suplica e implora a parejas que cree que pueden obsequiarle con la luz divina, de hecho a veces es, incluso, llevado a usar la fuerza salvaje, la brutalidad y la violación, pero indiferentemente de lo que busque y de lo que haga, el fuego del cielo está ausente. Es verdad que todavía encuentra gran belleza y, hasta cierto punto, encanto en los seres de sexo contrario, pero, por regla general, desde el punto de vista matrimonial, esto sólo es un disfraz exterior de una luz vacilante más o menos consumida. Los rayos de la felicidad en forma del fuego matrimonial están ausentes. "Adán" y "Eva", en forma del hombre terreno moderno, son cada vez más "cadáveres cósmicos" ambulantes que se apresuran hacia su tumba. Pero sus almas van camino del "árbol de la vida". "El paraíso perdido" centellea de nuevo a lo lejos. El ciclo de la oscuridad: la iniciación en el misterio del conocimiento, está consumado. Sobre las ruinas y la tumba de "Adán" y "Eva" se apresura el hijo de Dios ahora de regreso al cielo. Los cuerpos del sexo contrario, que antes eran templos dorados de la mayor felicidad o experimentación de la vida para "Adán" y "Eva", ahora, según mandato de la voluntad divina, están siendo transformados en escenario para la culminación de la experimentación de la vida: el encuentro del hijo de Dios, que regresa con el Padre eterno mismo, la vida eterna y, con ello, el amor eterno.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.