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(1053-1590) 
 
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El encuentro de los seres con el sexo contrario en el reino animal se convirtió poco a poco en un factor dominante tras su voluntad  1226. Que, a través de los sentidos temporalmente primitivos del ser, esta luz no podía ser una experiencia sutilmente detallada de divinidad terrena y sobrenatural, como la que una vez más tarde le tocaría en suerte al ser en forma de conciencia cósmica, es, naturalmente, obvio. Por el momento, las reacciones de placer ocasionadas por el ser de sexo contrario, análogamente a las otras experiencias de tipo sensorial, sólo eran la sensación de reacciones en la noche. Todavía les faltaba totalmente la decoración de los detalles de sonido y luz. Sólo eran todavía sensaciones sin detalles y toscas. Los seres, como quien dice, todavía ignoraban totalmente qué era lo que, en realidad, sucedía. Sólo experimentaban que su cercanía mutua era una sensación de placer junto al cual todas las otras sensaciones no tenían, como quien dice, ninguna importancia. La vida mental y psíquica del ser, todavía pobre, y la voluntad dictada por esta vida también se encaminaban totalmente a la obtención de la sensación de esta cercanía divina.


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