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El ser comienza a tener voluntad despierta diurna consciente y sensación de hambre y saciedad y deja, con ello, de ser "ser-planta", se ha convertido en un "animal"  1223. En el comienzo del reino animal, en el que el ser empieza a despertar a la vida especial del mundo físico, este ser se encuentra primero separado del Padre y con la consiguiente sensación de soledad total, que hace del encuentro con otro ser una experiencia sobrenatural. Aquí, donde el ser todavía no tiene sentidos para ver y oír, y el mundo, por consiguiente, sólo es una noche en el silencio de la oscuridad, este encuentro no puede dar ninguna sensación visual ni auditiva del "amado". En este mundo oscuro y silencioso no hay ninguna vista con la que dos seres puedan mirar amorosamente en el alma del otro, y ningún sonido por medio del cual puedan susurrar las más delicadas y tiernas palabras en el oído del otro. "El Adán" y "la Eva", que están despertando, todavía no han llegado a una vida psíquica tan perfectamente detallada. Pero esto no impide que la experiencia que tiene el uno del otro sea, sin embargo, de naturaleza sobrenatural o celestial. Toda la estructura sensorial todavía consiste aquí en reacciones sensibles del contacto con el medio material exterior. De estas reacciones, "las reacciones de bienestar" son, naturalmente, lo central en el estrato de la conciencia y la voluntad del ser. Por medio del contacto continuo con el medio exterior y las consiguientes reacciones sensibles, el ser va adquiriendo cada vez más rutina para distinguir entre "las reacciones agradables" y "las reacciones desagradables". Y su vida psíquica se convierte de forma creciente en un hacer juegos malabares cada vez mayores con grados de "sentimiento", es decir, de "sensación". Sus imágenes mentales son grados no detallados de sentimiento. Según la estructura psíquica, que el ser representa ahora, estos grados no detallados de sentimiento o sensación entran a formar parte de la región de percepción del ser en forma de tres grados principales. Ahora ha recibido un organismo físico que él mismo, en virtud de su propia e incipiente voluntad, tiene que ayudar a que se mantenga en vida. Este organismo hace valer sus exigencias. Pide alimento. Si esta exigencia no se satisface, el ser tiene la sensación de "malestar". Este "malestar" es el comienzo de la sensación de "apetito" o "hambre" física. Pero al mismo tiempo que esta exigencia comienza a desarrollarse, el ser ha descubierto, de modo correspondiente, la clase de reacciones del medio externo que hacen que este "malestar" desaparezca. Ha adquirido conciencia del hecho de "buscar alimento". Pero esta facultad no ha llegado repentinamente o como un cambio brusco. En su forma originaria el ser-planta recibía, claro está, su alimento de una manera totalmente automática a través del sistema de su raíz. Pero poco a poco evolucionó hasta poder atrapar insectos con su flor o cáliz de su flor. Entonces comenzó a poder trabajar a favor de su propia alimentación. Los tres grados de sensación son, de este modo: voluntad, hambre y saciedad. A medida que estos grados de "sentimiento" o "sensación" se fueron convirtiendo en una función con una conciencia diurna tan despierta que el ser, de este modo, podía estimular totalmente su alimentación, el sistema de la raíz de la planta degeneró para, finalmente, cesar. Y, con esto, la planta ya no era una planta, sino que se había convertido en un "animal".


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