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La diferencia entre los matrimonios "monógamos" de occidente y "los matrimonios de harén" de oriente. La naturaleza y consecuencias de "los matrimonios de harén"  1216. El matrimonio perfecto y divino entre "hombre" y "mujer" también ha degenerado en los pueblos de oriente o países del harén. "El harén" es, de este modo, un resultado de esta degeneración. No tiene nada que ver en absoluto con "el matrimonio divino", y con su forma de manifestarse expresa una cultura más bárbara y robusta o primitiva que los matrimonios de occidente. "El matrimonio de harén" diverge, precisamente, de estos matrimonios por el hecho de que las partes del matrimonio no están de igual a igual. Mientras el hombre tiene una libertad que está por encima de todo, la mujer, como hemos visto, está totalmente esclavizada por el hombre. La reclama al cien por cien para sí, mientras que él conserva su propia libertad ilimitada para entablar una relación con todas aquellas mujeres que puede anexionar a su "harén". Este fenómeno nos revela que "el esposo" en "el harén" no es ningún "esposo", sino que, al contrario, sólo es un "macho" que abusa bárbaramente de su poder ante los débiles seres femeninos sin resistencia, aunque este abuso tenga, ciertamente, lugar recubriendo a su víctima con costoso oro material. En occidente un "matrimonio" es, sin embargo, un "matrimonio" mientras dure "la luna de miel". A pesar de todo es un revivir o un repetir "el matrimonio divino", aunque sólo por un breve periodo. Y los seres aquí están en igualdad de condiciones. Toda forma de infidelidad o una relación sexual de la pareja con una pareja fuera del matrimonio le da a la otra parte del matrimonio derecho total al divorcio y, con ello, le devuelve su libertad completa y puede exigir una indemnización por el matrimonio interrumpido. Así tienen, ciertamente, lugar muchos divorcios y los sucesivos matrimonios de corta duración, pero esto expresa, sin embargo, que se ha preservado la libertad de los seres. Esta libertad no existe en "el harén". Aquí la infidelidad ha sido legalizada por lo que respecta al hombre, y a la mujer no le da ningún derecho al divorcio. Según su economía lo permita, puede incorporar a cada nueva mujer, de la que se haya enamorado, a su harén, de hecho incluso a veces con fuerza, lo cual adicionalmente indica que "el matrimonio de harén" no es ningún "matrimonio". Que la mujer, en compensación, sea mantenida el resto de su vida, aunque haga tiempo que el "esposo" ha perdido su interés matrimonial por ella a favor de otras mujeres es, ciertamente, una especie de "pensión", pero esta "pensión" no puede de ninguna manera compensar la libertad o independencia perdida. Sigue encontrándose rodeada de una guardia de castrados, además está encerrada.
      ¿Creen que existe algún ser evolucionado y con un deseo sexual normal y dispuesto para el matrimonio que, tras haber sido defraudado por el cónyuge, quiera dejarse encarcelar impidiéndosele así que continúe una vida normal con una satisfacción sexual sana y normal, aunque esta cárcel sea una jaula dorada, una orgía de mármol, oro, brillantes, alfombras auténticas y púrpura? No, la fuente de la vida, "el fuego supremo", no puede satisfacerse con estas cosas faltas de vida. El ser hambriento no puede vivir sin saciarse. La existencia en la jaula dorada, los cojines blandos sólo son un drama matrimonial autorizado. Tras las rejas doradas hay almas hambrientas cuya vida sólo son sueños rotos, un espejismo fugitivo en el desierto en vez de la fuente natural de vida del matrimonio: mejilla contra mejilla y labios contra labios en un amor ferviente de carne y sangre.


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