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"El harén" como una infracción autorizada del sexto mandamiento  1213. Pero este crecimiento no se manifiesta solamente en los muchos divorcios matrimoniales, también se revela en forma de "poligamia" o "tener varias mujeres" y esto se legaliza con el nombre de "harén". Lo que se oculta bajo este nombre sólo es, así pues, en realidad una autorización organizada o protegida por la ley de "la infidelidad" en "el matrimonio" absolutamente "perfecto" y de la destrucción de este matrimonio en virtud de la superioridad del "hombre" con respecto a la mujer. ¿Cómo podrá un "hombre" así atenerse a su mujer y ser "una carne" con ella? Un "hombre" polígamo, indiferentemente de que sólo se trate de dos, de diez, de cincuenta, cien o quizá todavía más mujeres es en sumo grado un ser "dividido". Tiene que repartirse entre estas esposas. Por lo tanto, sólo puede dar una correspondiente fracción de sí mismo, es decir, de su ser y de su amor matrimonial a cada esposa. Pero esto no es "permanecer junto a su esposa" en la medida que prescribe el mandamiento divino del matrimonio fijado por la naturaleza. ¿Cómo puede un ser así en su acto sexual con una de estas esposas ser "una carne" con todas las otras? ¿Y cómo puede cada una de estas esposas ser "una carne" con su esposo, cuando él en ese instante se encuentra realizando el acto sexual con otra mujer o dándose a otra mujer? Que estas esposas, bajo la presión de un precepto moral o del poder fijado por la masa o por su sociedad, estén amaestradas a no decir palabra y quizá, incluso, se hayan acostumbrado en cierta medida a ver estas cosas como algo natural no cambia la naturaleza de la situación como una transgresión autorizada del sexto mandamiento o una infracción del matrimonio natural y divino.


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