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(1053-1590) 
 
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Cosas que no favorecen el matrimonio. Ni las autoridades religiosas ni las jurídicas pueden impedir la creciente socavación y descomposición del matrimonio  1205. Quizá alguien sostendrá que el periodo juvenil antes mencionado forma, no obstante, de modo especial parte del periodo de apareamiento perfecto y que el enamoramiento tiene, naturalmente, que aparecer de una forma especialmente intensa en el primer periodo de la madurez sexual. De hecho, esto es totalmente cierto, pero la intención de la vida con "el matrimonio perfecto" no es que sólo exista o tenga fuerza en este corto periodo juvenil. Desde el punto de vista del matrimonio, no puede ser algo perfecto que el matrimonio sólo tenga un pequeño periodo de florecimiento, la denominada "luna de miel", para luego hacer a las partes desdichadas, debido a que una de estas partes o quizá ambas se han vuelto más o menos incapaces para el matrimonio. No puede favorecer el matrimonio que la una o la otra de las partes, con la entrada de su "madurez, ya esté "cansada" por lo que respecta al matrimonio, es más, incluso a veces esté saciada hasta llegar a sentir asco de la vida común contraída. Aunque las partes todavía se encuentran en el periodo de florecimiento de su hambre sexual, y a pesar de que su facultad de realizar el acto sexual y su capacidad para la fecundación se han conservado verdaderamente en su totalidad, la satisfacción legal de esta hambre es a veces totalmente inalcanzable. Esta hambre no satisfecha va adquiriendo poco a poco una naturaleza, que, cada vez más, aspira a una satisfacción ilegal, lo cual quiere decir que el deseo sexual de los seres es atraído cada vez más por seres o parejas sexuales fuera del matrimonio. Este deseo ha adquirido poco a poco tanta fuerza en la sociedad moderna que ni las autoridades ni las leyes religiosas y jurídicas han podido impedir su creciente propagación. Hay miles de divorcios a favor de nuevos matrimonios entre los divorciados. ¿Y va mejor en estos nuevos matrimonios? No, el problema se repite para muchos y a veces tiene, incluso, lugar un nuevo divorcio todavía más rápidamente, y así continuando y, en realidad, esto sólo es detenido por las leyes jurídicas que ponen punto final a cuántas veces el divorcio y la celebración de un nuevo matrimonio puede tener lugar.


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