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(1053-1590) 
 
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La estructura cósmica propia de la vida y el mandato del matrimonio. "El matrimonio ficticio"  1200. Y la fórmula de iniciación divina: "Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán dos en una carne" resonó en los oídos del hijo de Dios transformado, es decir, en los oídos del "hombre" y de "la mujer". ¿Y no hay, precisamente, en estas palabras divinas una instrucción o unos conocimientos preliminares para el hijo de Dios iniciado ahora como "hombre"? "Abandonar al padre y a la madre" es abandonar el contacto más elevado, el contacto más íntimo que se puede tener con un ser, es abandonar a los seres de cuya carne y sangre procede la propia carne y sangre, es renunciar a ellos. Lo que "el hombre" tiene que abandonar para ser un "hombre" perfecto va desde las cosas más simples y más indiferentes hasta las cosas que están entrelazadas a él por los lazos de la sangre y la carne. Dicho en otras palabras: absolutamente todo. Tiene, por lo tanto, que abandonarlo absolutamente todo, tiene que renunciar a toda clase de interés y placer, a toda clase de deseo. Tiene que estar junto a su esposa. Ella tiene que ser todo su deseo o lo que él anhela al cien por cien. Toda desviación de esto es una infracción del mandato divino concerniente al matrimonio. Es una transgresión de la más alta ley cósmica de la vida con respecto a la vida marital entre "hombre" y "mujer". Todo "hombre" que se desvía de esto no es un "hombre" en el sentido más puro. Su identidad como "ser" especialmente "masculino" es aquí anormal o ha degenerado. El mandato cósmico de la propia vida concerniente al matrimonio no da lugar a ninguna concesión. No dice que tiene que tener o puede tener dos esposas, no dice que puede tener "amantes" y "concubinas" junto a la esposa legítima, no dice que puede separarse de su esposa y casarse de nuevo con otra mujer, según le convenga. Este mandato dice, al contrario, de manera muy rotunda que "tiene que quedarse junto a su esposa". De hecho, ni siquiera da derecho o acceso a tener ningún interés de la clase que sea, tal como interés por el arte, la ciencia, etc., que no sea el interés de la esposa. ¿No dice, al contrario, que "tiene que ser una carne"? "Una carne" es, claro está, lo mismo que unidad absoluta, armonía absoluta, consentimiento absoluto y, por consiguiente, el mismo interés absoluto y elegido libremente en cada cosa que se emprende, en cada despliegue de pensamiento, en cada decisión y voluntad. En cada matrimonio en que esto no tiene lugar, el matrimonio no responde a la verdadera estructura cósmica del matrimonio y, por consiguiente, no es un matrimonio perfecto. En el mismo grado en que difiere de esto, sólo es un "matrimonio ficticio", una ruina de algo que una vez había existido.


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