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(1053-1590) 
 
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"El ser-planta" constituye "Adán" en su primera existencia luminosa en "el Paraíso Terrenal"  1183. Con respecto a lo ya mencionado, quizá se alegue que Dios comprendió que "no era bueno que el hombre estuviera solo" y por ello creó a "Eva". ¿Pero qué fue lo que la Divinidad creó aquí, visto desde un punto de vista cósmico? No era un "nuevo ser", porque cada ser vivo es eterno. Pero si no era un "nuevo ser vivo" lo que creó, lo que tuvo lugar sólo podía ser una "transformación" del ser ya existente. Y el ser ya existente es denominado "Adán". "La transformación" tuvo que tener lugar en este ser. "La Biblia" cuenta también que "Adán" existía solo, y que "Eva" fue creada posteriormente, cuando Dios vio que no era bueno para "Adán" estar solo. Este primer "Adán" ha sido, así pues, un ser de luz, o sea, un alma que ha vivido tanto tiempo en la parte luminosa de la espiral que había olvidado totalmente el fenómeno de la oscuridad, al mismo tiempo que el fenómeno de la luz había desaparecido de su conciencia diurna despierta habiéndose transformado desde hacía tiempo en "conocimiento-C" o función automática. Este ser era, de este modo, en muy alto grado un "ser de instinto" y, por consiguiente, sólo tenía una conciencia diurna despierta muy pequeña en la zona física. Aquí sus funciones eran efectuadas al cien por cien por "el instinto". Y como éste era "conciencia cósmica" convertida en función automática, el despliegue de dicho ser era un reflejo del despliegue de luz del mundo cósmico. Las manifestaciones del ser en la Tierra eran, por consiguiente, en gran medida una entrada del esplendor luminoso del mundo cósmico en la materia física. Pero a un "ser de instinto", que aún no ha entrado en la zona del principio mortífero, sino que en la zona física esparce exclusivamente el resplandor de la suntuosidad de los mundos superiores, sólo lo encontramos en "el ser-planta". Es cierto que "las manifestaciones minerales" también son "energía de bienaventuranza" transformada. Pero el origen de esta energía todavía no tiene ninguna forma de conciencia diurna en absoluto en la zona física. "El ser-planta" es, así pues, "Adán" en su primera incipiente manifestación terrena, física, es decir, la manifestación en la que "Adán" todavía es más bien "el barro" del que "Dios lo creó". Este "Adán" no era un ser "unipolar", no era un "ser especialmente masculino" y tampoco un "ser especialmente femenino". Era, al contrario, un ser "bipolar", es decir, un ser en el que todavía funcionaba la estructura orgánica del mundo divino, la estructura que única y exclusivamente puede estimular el amor o la existencia luminosa en "el Paraíso Terrenal".


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