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| Por qué la redención del mundo habla en las tradiciones de los siete periodos de la creación como de "siete días" | 1167. Que las tradiciones de "la Biblia" interpreten el transcurso del proceso de creación como un tiempo de "seis días" significa que la tradición es la orientación de la redención del mundo amoldada a los seres de un estadio menos avanzado con respecto al intelectualismo. Lo que la redención del mundo les quiere contar a los seres de este estadio es que la creación tomó "seis periodos de tiempo". No tiene como objetivo dar a conocer la duración de estos periodos, dado que esto era una cuestión que no podía plantearse en absoluto, puesto que "la facultad de percibir vagamente" de estos seres estaba exclusivamente enfocada hacia "la creación de milagros" que, por decirlo de alguna manera, era una creación en un abrir y cerrar de ojos o una aparición inmediata de algo. Anunciarles a estos seres que la creación tomó seis periodos inmensos de tiempo, cada uno de los cuales duró cientos y cientos de millones de años, habría resbalado por su conciencia como algo totalmente imposible y, por lo tanto, falso. Expresando los periodos de tiempo como "seis días", estos periodos podían inmediatamente comprenderse, ya que estaban totalmente en contacto con su "percepción vaga" o "fe" en el poder milagroso de la Divinidad o Providencia. Se había creado un contacto satisfactorio entre la verdad y la facultad de comprensión de estos seres, lo cual habría sido totalmente imposible de cualquier otra manera. Y "seis días" y "seis periodos de tiempo" es, en principio lo mismo, aparte de que "un día es para el Señor como mil años y mil años como un día". Naturalmente, "el séptimo día" de las tradiciones también es, del mismo modo, un periodo de tiempo de millones de años y expresa en sentido absoluto la forma de existencia física y perfecta, en que el hombre terreno vivirá cuando todos los seres de la humanidad terrena hayan alcanzado el estadio perfecto y cada uno de ellos constituya "el hombre acabado" o "perfecto", se haya convertido en "uno con la Divinidad" y "ame a su prójimo como a sí mismo". Este "día séptimo" es, así pues, "el nuevo cielo" y "la nueva Tierra" en que "vive la justicia" posteriormente anunciados. |
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