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El contacto del ser no intelectual con la verdad absoluta no es cuestión de una explicación científica de esta verdad, sino, al contrario, cuestión de una simplificación o adaptación a la primitiva facultad de comprensión de este ser  1162. Este contacto no se refiere naturalmente a "la verdad" en su forma de expresión científica y detallada, pero una forma así no es su deseo, debido a la falta de talento intelectual del ser. Sólo desea, al contrario, el contacto con la verdad donde ésta sólo se expresa de una forma que aparece ni más ni menos como tan poco intelectual que va bien con su estadio mental especialmente primitivo, y con lo cual puede hacerse análoga a las cotidianas vivencias o experiencias primitivas del ser. El contacto de un ser con la verdad o realidad absoluta no es, así pues, para el ser no intelectual cuestión de una explicación científica detallada, sino cuestión de una simplificación, reducción o amortiguamiento tan grande de los detalles científicos, que la interpretación de la verdad llegue a ser tan sencilla en sus detalles que se pueda comprender o percibir dentro de los límites de un nivel mental tan primitivo como el que el ser representa. En caso contrario, el ser no intelectual no podría nunca tener contacto con conciencia diurna con la verdad absoluta. Una interpretación altamente intelectual de ésta sería un fenómeno para cuya percepción o comprensión le faltan totalmente facultades. Darle al ser una interpretación así del universo sería, claro está, lo mismo que darle piedras en vez de pan. Sólo el ser dotado de un talento altamente intelectual podrá comprender la verdad de un análisis altamente intelectual y, naturalmente, estará en contacto con la verdad por medio de un análisis así.


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