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El amor universal y el nacimiento del conocimiento del ser  1153. El amor universal es, así pues, el supremo y último resultado de la naturaleza o vida y el único que exclusivamente puede hacer que "todo sea muy bueno". Este "amor universal" o "amor al prójimo" constituye una clase especial y determinada de combinación de las energías básicas del universo. Estas energías tienen, de este modo, que mantenerse en una relación mutua especial y determinada con respecto a su capacidad, de modo que la vibración o aportación de cada una se dosifique de manera que sea a favor de este gran resultado final. Pero lo único que puede llevar estas energías a la especial y determinada combinación es la voluntad del ser vivo, que, a su vez, es dirigida por el conocimiento de "placer" y "malestar" que tiene este ser. Este conocimiento es, por su parte, estimulado por medio de los sentidos, es decir, por el contacto del organismo con las energías que lo rodean, tales como el despliegue del entorno, de los otros seres y de la naturaleza. El contacto con este despliegue se propaga a través del organismo del individuo y de los sentidos que se hallan en él y crea reacciones, estas reacciones se perciben por el individuo como "placer" o "malestar". Y este juicio sobre el despliegue de los otros seres y de la naturaleza es lo mismo que su conocimiento o concepto de la vida.


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