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De las estructuras sexuales orgánicas del hombre terreno, una (la matrimonial o unipolar) es conocimiento-C, mientras la otra (el amor al prójimo) sólo es todavía conocimiento-A o conocimiento-B  1145. Pero aunque todo el gran despliegue de simpatía que ha comenzado a desarrollarse en la mentalidad del hombre terreno fuera de la zona de "la sexualidad unipolar" no es, de este modo, "amor erótico" ni un deseo consciente de lograr un acto de apareamiento o la culminación de placer sexual entre un "ser masculino" y un "ser femenino", sin embargo no puede dejar de ser "sexualidad". Pero tiene su raíz en una estructura orgánica distinta a la que causa "amor erótico" entre un "ser masculino" y un "ser femenino". Que aquí hay una estructura orgánica no puede negarse, ya que cada despliegue de conciencia sólo puede, precisamente, producirse exclusivamente como un producto de una estructura así. Que esta estructura relativamente nueva que hay tras "la sexualidad" en forma de "amor al prójimo" no está tan estabilizada en la conciencia o no es tan penetrante como la estructura orgánica de "la sexualidad unipolar", que a lo largo de miles y miles de vidas ha sido lo central en el estado de conciencia y la conducta del hombre terreno es, naturalmente, obvio. Mientras esta última estructura es, claro está, en sumo grado "conocimiento-C" o función automática, que incluso los propiamente denominados "animales brutos", al cien por cien físicos, pueden practicarla sin ninguna indicación o instrucción, la primera estructura nombrada todavía es en muy alto grado "conocimiento-A" y "conocimiento-B", lo que quiere decir que principalmente sólo es un fenómeno mental en la conciencia diurna, que todavía no puede llegar a un placer culminante de manera práctica en la zona física o en el organismo físico. En otras palabras, el hombre terreno representa así dos estructuras orgánicas sexuales, una de las cuales hace tiempo que ha pasado su culminación y, por consiguiente, se encuentra en degeneración, mientras la otra sólo está en su incipiente comienzo y está evolucionando hacia su culminación. La primera, debido al largo periodo que ha existido, ha desarrollado órganos especiales para alcanzar un placer culminante (órganos sexuales), mientras la otra todavía no tiene ningún órgano físico acabado para alcanzar un placer culminante, sino que sólo está de camino en dirección a transformar su organismo a favor de esta finalidad. Mientras, debido a esto, el placer culminante de la primera forma nombrada de sexualidad es un hecho y una realidad en la conciencia diurna despierta del ser, la otra forma de placer sexual culminante aún no es ningún hecho real o vivencia en la conciencia diurna del hombre o en la zona física, terrena, debido a que todavía le falta la facultad de producir placer. Y es precisamente por esto que encontramos al hombre terreno como a un ser, que no es ningún "animal" en su forma más pura y tampoco constituye ningún "hombre verdadero" en su forma más pura.


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