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El organismo del hombre terreno evoluciona hasta convertirse en un "órgano" especial "de caricias"  1139. Con lo que antecede hemos verdaderamente visto que al lado de "la sexualidad" originaria y presuntamente "natural" se desarrolla una "sexualidad" totalmente distinta, que en grado creciente o progresivo puede cada vez más dar lugar a sensación de placer prescindiendo de los "órganos" originarios "sexuales" o "de las caricias". Esto quiere, en realidad, decir que el organismo mismo en su totalidad está evolucionando camino de convertirse en un "órgano especial de caricias". ¿Puede uno imaginarse algo más grandioso? Puede uno imaginarse una mayor garantía o seguridad con respecto a la creación del reino divino que aquella con la que la Providencia eterna conduce aquí a los individuos a "amarse mutuamente". Cuando la evolución lleva consigo que el organismo mismo con cada pequeña parte de su superficie llega a tener una naturaleza tal que es una sensación de placer casi imprescindible rozar o acariciar a cualquier "prójimo", este "prójimo" se convierte, de este modo, en un objeto de caricias imprescindible, del mismo modo que "el sexo contrario" es ahora el objeto de caricias imprescindible para el hombre y la mujer. Imagínense con que alegría más radiante será favorecido el hombre terreno. No habrá ninguna forma de envidia ni celos, no habrá ningún favoritismo, porque cualquier "prójimo" constituirá el mismo "objeto de caricias".


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