Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

El hombre terreno avanzado aparece con una sexualidad mayor que cualquier otro ser de la Tierra, una sexualidad que es fomentada por los más grandes sabios del mundo o por todo lo que estimula "el amor" verdadero o "amor al prójimo"  1137. ¿Cómo puede ser que tanto "el hombre" como "la mujer", que tienen "órganos" especiales para "las caricias", que son exclusivamente el único camino por medio del cual pueden alcanzar la culminación del "desencadenamiento de caricias", sin embargo comienzan a "acariciar" con unas partes del organismo distintas a los "órganos" que precisamente están calculados para "acariciar"? De hecho, ¿no sucede precisamente que este "método de acariciar" prescindiendo de los "órganos para las caricias" es cada vez más pujante, está cada vez más desarrollado? Esto quiere, por lo tanto, decir que el hombre terreno, aunque no consciente, busca una satisfacción sexual en una zona cada vez mayor. En "el ser" absolutamente "masculino" o "femenino" en su forma más pura u originaria este "desencadenamiento de caricias", prescindiendo de "los órganos" especiales "para las caricias", no tiene prácticamente lugar. En el hombre altamente evolucionado intelectualmente tiene, al contrario, lugar en muy alto grado. Y este nuevo desencadenamiento de caricias es lo que hace que digamos del individuo que es un "ser amoroso". ¿Y no es también este desencadenamiento de caricias lo que, a través de las grandes religiones y los grandes sabios, se menciona como el objetivo de todas las aspiraciones humanas? ¿No se dice: "Amarás al prójimo como a ti mismo"? Y de esto, ¿no se dice que es "el cumplimiento de la ley"? El amor matrimonial no es, por lo tanto, "el cumplimiento de la ley". Amar o mostrar amor sólo puede, claro está, tener lugar en forma de "caricias". La propia manera de actuar tiene que ser de una naturaleza bienhechora para "el prójimo". Pero cuando es de naturaleza bienhechora crea una sensación de agrado en este ser. La sensación de agrado actúa, a su vez, por medio de los sentidos como "sensación de goce". La sensación de intenso placer o el sentimiento de goce es, según su principio, sexualidad. El hombre terreno evolucionado aparece, así pues, con una "sexualidad" mucho más considerable y más amplia que ningún otro ser en la Tierra. Acaricia no sólo con "los órganos para las caricias" determinados para ello, sino que también acaricia cada vez más con todo el resto de su organismo. En realidad, el ser evolucionado no puede vivir sin dar lugar a esta experiencia tan grande de gozo o "sexualidad" ni puede prescindir de ella. Este gran desencadenamiento de simpatía es a lo que, precisamente, llamamos "humanitarismo". Donde este gran desencadenamiento de simpatía o amor al prójimo no está presente para el hombre terreno moderno, éste no es feliz, aunque sea feliz en el matrimonio. Tampoco se puede negar que las guerras del hombre terreno se deben exclusivamente a falta de humanitarismo o amor al prójimo en su cultura. Este amor al prójimo es, por lo tanto, el resultado de una evolución sexual que, a su vez, es estimulada o fomentada por el principio de la redención del mundo, es fomentada por los más grandes idealistas del mundo, los profetas, los sabios y los redentores del mundo, es fomentada por cada ser que es "amoroso" y proclama "el amor al prójimo" como el más alto ideal.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.