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| "El amor materno" es egoísta y, por consiguiente, no puede ser "amor absoluto" o "amor en su sentido más puro o original" | 1126. "El amor matrimonial" sólo es, así pues, una simpatía que desencadena "posesión", y, de este modo, sólo es un medio a través del cual uno adquiere en mayor o menor grado "derecho de propiedad" sobre la mente y el cuerpo de otro ser. Es cierto que de este amor se desarrolla "el amor paterno" o "amor materno" que aparentemente es altruista. Pero esta forma de "amor" tampoco se encuentra en su sentido más puro u original. También es en gran medida egoísta. No abarca a todos los niños, sino solamente al propio hijo de la madre. La madre siente que este hijo es algo de ella misma, siente que ha salido de su propia carne y sangre. Siente el mismo deseo de proteger el organismo de este niño que siente de proteger el propio. "El amor materno" sólo es, así pues, una continuación de su propio instinto de conservación, lo cual se convierte en un hecho evidente por la circunstancia de que el simple "amor maternal", dado el caso, no impide de ninguna manera que la madre tome el pan de niños forasteros para dárselo a los suyos. Una "madre" al cien por cien dejará, si es necesario, que niños forasteros pasen hambre para que sus propios hijos se sacien y estén bien. Cuando no hace esto, sino que se ocupa en el mismo grado de niños forasteros, y del mismo modo que no tiene corazón para ver que les suceda algo a sus hijos tampoco tiene corazón para ver que les pase algo malo a aquellos, lo que aquí se hace valer no es en absoluto "amor materno", al contrario, esta madre es una "madre degenerada" pero un gran ser. Un "amor" así es, precisamente, una parte del gran "amor al prójimo" que es "el cumplimiento de la ley" y constituye el fundamento de la conciencia o mentalidad del hombre perfecto. |
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