Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1053-1590) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

El ser vivo tiene a la Divinidad como origen, del mismo modo que un hombre terreno tiene una pareja de padres como origen  1122. Pero este regalo no es sólo "divino", es también una "marca paterna" imborrable que demuestra, de manera inalterable, la identidad del "ser vivo" como "hijo de Dios" o del origen eterno del universo. Este regalo, ¿no es la conciencia total del ser en forma de su "mundo interior"? ¿No es a partir de este "mundo interior" que se manifiesta o revela? ¿Qué podría mostrar o revelar si no poseyera este "mundo interior"? ¿Cómo podría manifestarse como un ser vivo sin él? Este "mundo interior", ¿no es, como hemos dicho, una "copia viva" del "mundo exterior"? Este "mundo exterior", ¿no es, por su parte, lo mismo que la conciencia de la Providencia y, con ello, que la "conciencia de Dios"? Y esta "conciencia de Dios", ¿no es, de este modo, transferida al ser por medio de la reacción de sus sentidos ante dicha conciencia? Y el ser, ¿podría haber adquirido este "mundo interior", es decir, su propia identidad con la vida, de otra fuente o de otro origen? No, el universo o cosmos abarca, naturalmente, todo lo que existe. Es, claro está, un fenómeno que no tiene ningún paralelo, del mismo modo que tampoco puede existir nada encima, debajo, delante o detrás de él. Constituye y es "el todo absoluto". Y entonces se convierte en un hecho que "el ser vivo", como hemos observado anteriormente, es un "hijo de Dios". Tiene a la Divinidad como origen, del mismo modo que un hombre terreno tiene una pareja de padres como origen.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.