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| Los detalles del "reino de la bienaventuranza" sólo son accesibles por otros seres por medio de "la materialización" o "copia" en la materia del "mundo exterior" | 1120. Así pues, le será totalmente imposible a todo ser extraño "visitar" directamente o "mirar" dentro de la zona de conciencia "privada" del "ser vivo", lo cual se convierte en un hecho por medio de la circunstancia de que ningún detalle de esta zona es accesible al conocimiento de ningún otro ser sin que sea por medio de la creación de una "copia". Y como esta "copia" sólo puede hacerse en la materia del "mundo exterior", se convierte en un detalle del "mundo exterior" y se experimenta por medio de la facultad del ser en cuestión de percibir en dicho "mundo exterior". Lo que el ser extraño percibe o experimenta no es, así pues, "el recuerdo original" del primer ser, sino una "materialización" de este "recuerdo". Estas "materializaciones" son estimuladas o hechas en forma de palabras, escritura, símbolos, dibujos y todas las otras formas de literatura y arte o manifestaciones de conciencia. La descripción de un viaje, una narración, una conferencia, una obra de arte, no importa del tipo que sea, es más, incluso aunque no sea ninguna obra de arte, sino simplemente la manifestación de una opinión de un "ser vivo", sólo será en primer término una "materialización de recuerdos". Que estas "materializaciones" en "la materia exterior" no se muestran siempre como una "copia" del "recuerdo original" reproducida al cien por cien no modifica el principio, sino que sólo es una realidad a la que volveremos de nuevo en nuestros análisis de "los mundos exteriores" del ser. Las posibles diferencias que puede haber entre "el recuerdo" del ser y "la materialización" de este recuerdo en "la materia exterior" tiene exclusivamente su raíz en "los mundos exteriores". |
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Síntesis