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En "el reino de la bienaventuranza" el ser no tiene nada que ver con las relaciones "exteriores" de espacio y tiempo vividas con conciencia diurna. Tiempo, cosas y lugares que, como experiencia real en la zona física, hace tiempo han quedado atrás pueden de nuevo crear "presente", "futuro" y "pasado" en "la zona de bienaventuranza"  1112. "El reino de la bienaventuranza" se basa exclusivamente en la culminación de la forma de experimentación mencionada. Y desde este reino se desencadenan, así pues, "los efectos" que se convierten en "causa" del comienzo de la vida y del movimiento "exterior" de una nueva espiral. Y desde el mismo reino también se desencadenan "los efectos" que son la primera "causa" de que, en resumidas cuentas, podamos "percibir". "El percibir" sólo es la reacción de estos efectos ante el contacto del ser con las materias "exteriores".
      Pero, ¿cómo puede suceder que un ser, que exclusivamente vive en "el reino de la bienaventuranza", pueda entrar en contacto con las materias "exteriores"? En su culminación en "el reino de la bienaventuranza" no tiene ninguna "conciencia diurna exterior" y, por consiguiente, ningún organismo o cuerpo material exterior, consciente por lo que respecta a los sentidos. Vive en este reino teniendo solamente "conciencia diurna" de su "mundo interior", es decir, de sus viejas experiencias. No tiene conciencia de ningún detalle "exterior" pasajero o experiencia en su "ahora". Tanto "el tiempo exterior" como "el espacio exterior" sólo existen en su conciencia como "recuerdos", o sea, como su "pasado". Pero este "tiempo exterior" y este "espacio exterior" no los experimenta así. Al contrario, "el mundo interior" también tiene su especial sensación de un "ahora" en el que el ser experimenta y percibe. Pero entre "el ahora" del "reino de la bienaventuranza" y "el ahora" del "mundo exterior" sólo hay la diferencia de que mientras "el ahora" del "reino de la bienaventuranza" sólo es una puerta para el paso de experiencias anteriores o "recuerdos", "el ahora" del "mundo exterior" es una puerta para el paso de "experiencias" totalmente "nuevas". Mientras "el ahora" del "mundo exterior" constituye una inalterable línea fronteriza entre "pasado" y "futuro" o detalles ya experimentados y futuras experiencias de detalles y es "designado en relación con el espacio exterior" y en relación con "el tiempo exterior", que, a su vez, es lo mismo que "designación de edad" y "designación de lugar", "el ahora" del "reino de la bienaventuranza" no tiene "la designación de edad" ni "de lugar" en el "mundo exterior". Aquí el ser no tiene conscientemente nada que ver con los años y fechas del "mundo exterior", del mismo modo que conscientemente tampoco tiene nada que ver con "las relaciones" materiales "exteriores" de "lugar" o "sitio". Su experiencia cotidiana de "relaciones de lugar" o "sitio" aquí, en "el reino de la bienaventuranza", sólo es la que se refiere a los lugares y sitios que una vez ocupo cuando era consciente en "el mundo material exterior". Únicamente estas relaciones pasadas son accesibles a la percepción del ser en "el reino de la bienaventuranza". Como durante la experiencia pasan por "el ahora" del individuo, del mismo modo que las experiencias del "mundo exterior" pasaron por su "ahora" cuando vivía en este mundo, en "el reino de la bienaventuranza" hay, de este modo, una especie de "pasado", "presente" y "futuro" limitados por "el presente". Pero la experimentación de "tiempo" es aquí totalmente distinta que en "la zona material exterior".
      Así, se pueden experimentar como "presente" real momentos o detalles de años que se encuentran miles, incluso, hasta millones de años tras el año o el momento que en el instante es "presente" real en "el mundo exterior", del mismo modo que delante del mismo "ahora" o del mismo "presente" puede haber en "el reino de la bienaventuranza" un "futuro" que, así mismo, hace millones de años ya era "pasado" para el individuo cuando éste se encontraba en "el mundo material exterior". Del mismo modo, por "el ahora" o "presente" del mismo ser del "reino de la bienaventuranza" pasarán, como experiencia real, lugares, terrenos, continentes, especies animales y vegetales que en "el mundo exterior" hace tiempo que han dejado de existir. De hecho, muchas de sus propias vidas terrenas en "el mundo exterior", dejadas atrás hace mucho tiempo, existirán aquí incluso como un "futuro" todavía no vivido y hacen cola para poco a poco pasar por "el ahora" del ser y convertirse en "presente", para luego convertirse en "pasado" en la conciencia del ser por segunda vez. De este modo vemos aquí que lo que se ha dejado atrás como experiencia real en la zona física y, por consiguiente, forma "pasado" en esta zona, puede de nuevo convertirse en "futuro", "presente" y "pasado" en "la zona de la bienaventuranza".


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