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El surgir del "reino de la bienaventuranza" y de "las copias de oro". La facultad de recordar es una "facultad" mental "de recubrir con oro", "el reino de la bienaventuranza" es un reino "cubierto de oro"  1109. Para comprender la existencia en "el reino de la bienaventuranza" hay que pensar en los momentos en que aquí, en la existencia física despierta, estamos totalmente ensimismados en recuerdos, o en que experiencias de tiempo atrás ocupan totalmente nuestro pensamiento, porque tales momentos son, en principio, totalmente análogos a la existencia en "el reino de la bienaventuranza", aunque en la zona física se presentan, naturalmente, en una forma reducida o latente. Si estas experiencias que expresan los recuerdos están lo suficientemente lejos en el pasado pueden, en forma de "recuerdos", ser de una belleza tan radiante y embelesadora que ninguna experiencia física real puede llenarnos y empaparnos con la misma sensación de felicidad. Y da lo mismo que las experiencias fueran en su tiempo alegría o tristeza, sufrimiento y fatiga, porque como "recuerdos" lo suficientemente "maduros" sólo pueden manifestarse en "la conciencia diurna" del "ser de bienaventuranza" como una corriente de alegría. Es por esto que en la presente obra denominamos la zona en la que culmina la experimentación de los recuerdos "reino de la bienaventuranza" y a los recuerdos "copias de oro". Es, naturalmente, evidente que aquí recuerdos corrientes de ayer o anteayer, de este año o del año pasado o de otro periodo dentro de los diez últimos años del hombre terreno no pueden ser tenidos en cuenta. Si recuerdos tan tardíos dan regocijo o alegría al revivirlos, sólo puede ser porque por sí mismos ya eran experiencias alegres al experimentarlas originalmente (experiencia en el "mundo exterior") y, naturalmente, sólo pueden producir alegría al "revivirlas".
      Con los recuerdos, que en la experimentación original eran dolor y preocupaciones, eran sufrimiento y aflicción, de hecho, eran mutilación, brutalidad, violencia y persecución por parte de otros seres, es distinto. Tales recuerdos, o "el revivir" los hechos, al hombre terreno corriente sólo le darán una especial sensación de alegría tras muchos años, es más, en ciertos casos incluso tras el transcurso de varias vidas, porque antes del transcurso de un tal periodo todavía no están "maduros". Con "los recuerdos" es como con las frutas. En su proceso de formación y crecimiento pueden ser "ácidas", pero con suficiente sol, calor y alimento "maduran", es decir, llegan a una culminación o al estadio de su ciclo que era su objetivo. "El sol" y "calor" que aquí "maduran" los recuerdos son, precisamente, lo mismo que "el tiempo que cura todas las heridas". Cuando "los recuerdos" "maduran", lo "ácido", es decir, el dolor, la amargura y el desánimo en que "los recuerdos" iban envueltos desaparece poco a poco. El dolor y el sufrimiento, la pena y la preocupación, que los hechos de los que "los recuerdos" eran "copias" ocasionaron, se debilitan cuando se piensa en ellos, es decir, todo esto "se olvida". La misión del "cuerpo del recuerdo" u "órgano del recuerdo" es, precisamente, clasificar el contenido de "los recuerdos" o de "las copias de lo experimentado" de modo que todo "lo desagradable" de una experiencia "se olvide" y todo "lo agradable" "se recuerde". Es precisamente en virtud de esta función de la conciencia que todas las experiencias tienen poco a poco el resplandor mental del oro, que sólo puede despertar "bienaventuranza" o una especie de alegría sobrenatural cada vez que "el recuerdo" liberado de la oscuridad y, por consiguiente, "maduro" surge en "la conciencia diurna" despierta. "La facultad de recordar" es, así pues, en realidad una especie de facultad mental de cubrir con oro. Quita lo innoble o falso y conserva lo verdadero de "los recuerdos". La identidad de estos recuerdos como "copias" de experiencias originales sólo puede manifestarse en su estado "maduro" como "copias de oro" mentales.
      Que la zona del ciclo en que "el cuerpo del recuerdo" domina o soporta la conciencia, de la misma manera que el organismo físico domina o soporta la conciencia aquí, en la zona física, sólo puede convertirse en una especie de mundo "de oro", un "revivir" los detalles del mundo exterior físico apareciendo con las más luminosas y nobles materias mentales se convierte, de este modo, en una realidad aquí.


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