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El ser vivo en "el reino de la bienaventuranza"  1108. Pero, ¿qué entendemos por "energía del instinto"? Para entender esta energía correctamente tenemos que detenernos un poco junto al "ser vivo" que está aquí ante nosotros en "el reino de la bienaventuranza", la última zona de la vieja espiral. Este ser no es en absoluto como ninguno de los otros seres a que estamos acostumbrados aquí, en la zona física. Tampoco corresponde a ninguno de los animales prehistóricos conocidos, del mismo modo que tampoco aparece como idéntico a ninguna especie o ningún individuo del conocido "reino vegetal". Como se desprende de lo que antecede, no se trata de un ser de ningún reino de existencia físico, sino que se encuentra en la última zona de su espiral. Así pues, tenemos ante nosotros a un ser en el que todos los efectos o experiencias de su última espiral se han concentrado como "recuerdos" despiertos o constituyen "conciencia diurna" despierta. La energía que soporta la conciencia de este ser es, de este modo, "la energía del recuerdo". Estamos, claro está, en la parte de la espiral que se denomina "reino de la bienaventuranza". El ser que tenemos ante nosotros es, así pues, un "ser de bienaventuranza". "El recuerdo" o la memoria es la función de conciencia dirigente en la conciencia de este ser. Como lo que experimenta con conciencia diurna son exclusivamente "recuerdos", y éstos, a su vez, sólo pueden existir como detalles de su "mundo interior", dicho ser no dirige su concentración de una manera consciente hacia fuera. Todo lo que tiene lugar a su alrededor en "el mundo exterior" lo experimenta como "conciencia nocturna". En este estado no tiene ninguna relación o correspondencia recíproca con ningún otro "ser vivo". Vive totalmente fuera de los otros seres y del "espacio" y "tiempo" del "mundo exterior". "El tiempo" y "el espacio" de que tiene conciencia son exclusivamente "el pasado". Revive sistemáticamente sus experiencias de la espiral en curso y aquí crea una nueva forma de "espacio" y" tiempo", cuyos detalles siguen teniendo en la conciencia del ser "las denominaciones de espacio" y "tiempo" bajo las que ha vivido dichas experiencias en "el mundo exterior". Esto es, a su vez, lo mismo que decir que un ser así, que se encuentra en "el reino de la bienaventuranza", en el más afortunado de los casos está en condiciones, totalmente independiente del año vigente en el instante en "el mundo exterior", de experimentar en "el ahora", como "experimentación con conciencia diurna", "espacios de tiempo" y "acontecimientos" que estuvieron en vigor hace miles, es más, millones de años. Pero este experimentar sólo se limita, naturalmente, a los detalles que en aquellas regiones de tiempos antiguos eran "conciencia diurna" real en el ser en cuestión. No puede experimentar "nuevos" detalles de estos periodos de tiempo antiguos que ya hace tiempo que han terminado o han desaparecido de la zona física para no volver jamás. Así vemos que en esta sexta parte del ciclo de espiral "el ser vivo" vive totalmente en su propio y absoluto "mundo interior". Espacio, tiempo, eternidad, día y noche, verano e invierno, primavera y otoño, luz y oscuridad, malo y bueno, dolor y sufrimiento, felicidad y alegría ya no tienen aquí nada que ver con los fenómenos que en "el ahora" tienen lugar alrededor del ser en "el mundo exterior", dado que no es consciente en este mundo o este "ahora". El uno o los varios de entre los detalles mencionados que el ser experimenta de manera consciente sólo son, como hemos dicho, un "revivir" detalles ya experimentados anteriormente. Aparte de un sentimiento muy fuerte de felicidad, no podrá vivir en absoluto aquí detalles o experiencias que anteriormente nunca ha tenido. En esta zona está, por lo tanto, totalmente impedido de poder adquirir "nuevo conocimiento" absoluto. Pero como veremos, esto no es una imperfección, sino al contrario una perfección magnífica de esta forma de existencia o de esta época de la experimentación de la vida. Pero dicho brevemente, toda esta forma de existencia consiste en que el ser "revive" sus experiencias anteriores. A esta forma de experimentar que se muestra casi latente la conocemos aquí, en la existencia física despierta como "recuerdo" o "experimentación de recuerdos".


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