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El yo y la facultad de percepción como idénticos a los cambiantes "causa y efecto"  1104. Ya sabemos que en la periferia de la zona de percepción "el pensamiento" comienza como la reacción del contacto de los sentidos con los detalles más exteriores de la periferia de la percepción, y aquí sólo es "percepción vaga". Pero para que esta reacción pueda tener lugar teníamos nosotros mismos que representar previamente algo que podía ser "causa" de esta reacción. Nuestras facultades de percepción que, a su vez, representan la zona conjunta que constituye nuestra conciencia son, precisamente, esta "causa". Estas facultades de percepción son, por lo tanto, "los efectos" que las experiencias de vidas anteriores han dejado y entrelazado con nuestro yo en forma de "núcleos de talentos" y de los consiguientes órganos físicos y anímicos. La función de estos núcleos de talentos por medio de dichos órganos se convierte en "causa" de nuevos "efectos". Éstos se convierten en "causa" de nuevos "núcleos de talentos" y nuevos órganos, que, a su vez, se convierten en "causa" de nuevos efectos y así sucesivamente, con lo cual el yo se convierte en el centro de este eterno desencadenamiento de "causa y efecto". El terreno de este desencadenamiento alrededor de este yo es lo que constituye la conciencia o "zona de percepción" del yo.


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