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| Sustancia de la vida n.º 60 – "La vida eterna" del ser | 999. Como todo lo que puede suceder en la existencia, ya se trate de manifestación de guerra o paz, odio o amor, arte o ciencia, ingenuidad o alto intelectualismo, o bien sea la creación de ropa, casas, máquinas o instrumentos de todo tipo, no puede expresarse, desde el punto de vista cósmico, por medio de ningún idioma hablado o escrito, como constituyendo otra cosa que precisamente el contacto del "movimiento 1" con "el movimiento 2", en virtud de lo cual surge "el movimiento 3", tanto el conjunto de estas tres "clases de movimiento" como el idioma en sí se convierten en una nueva prueba irrefutable, no sólo de la existencia de un "algo" que experimenta los movimientos, sino también de la duración eterna de esta existencia. Que "los movimientos" se experimentan no se puede, claro está, negar. Pero si se experimentan, tiene también que existir "algo" que experimenta. Si este "algo" no fuera un "punto fijo" o un contraste del movimiento, sería imposible toda constatación de "movimiento". Como la constatación de "movimiento" es lo mismo que "experimentación de la vida", no existiría ninguna forma de vida o conciencia si este "algo" que experimenta no existiera como "el punto fijo" absoluto, dejando aparte que toda creación de perspectiva sería imposible. Una muerte eterna, que en este caso quiere decir, en realidad, una "nada" absoluta existiría allí donde hoy el universo lo convierte todo en un "algo" imborrable. Con la experimentación cósmica del "punto fijo" y "el movimiento" vemos, así pues, que "el algo" que experimenta sólo puede existir con una existencia que nunca ha podido empezar y que, así mismo, nunca jamás podrá cesar. Y como "el algo vivo" es lo mismo que "el ser vivo", se convierte, de este modo, en un hecho para el investigador evolucionado que todo ser vivo tiene una existencia que existe eternamente o una vida absolutamente eterna. A esta vida eterna la denominaremos aquí "sustancia de la vida n.º 60". |
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