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Cómo una expresión o frase o todo lo que, en resumidas cuentas, puede expresarse por medio del lenguaje sólo manifiesta cambio en el movimiento y, por consiguiente, no puede en absoluto afectar al "punto fijo" que experimenta o constata el movimiento   993. Observando las palabras y frases cósmicas del redentor del mundo y la acogida e interpretación de que éstas han sido objeto por parte de la humanidad terrena, tenemos una imagen clara de lo equivocados o imperfectos que pueden ser los modos de ver o los resultados cuando no se basan en el verdadero "punto fijo", sino que sólo son la relación de cosas creadas con otras cosas "creadas". Las palabras o expresiones de Jesús son análisis basados en el "algo que es" antes mencionado, infinito y, por consiguiente, eterno. Como es eternamente inalterable y, por lo tanto, constituye un "punto fijo" absoluto, estas palabras o expresiones se convierten en igual de fijas o inalterables, es decir, imperturbables o inmutables. Cuando Jesús dice: "El que a espada mata a espada morirá", esta expresión es un análisis que se apoya en este mismo "punto fijo". Las palabras consisten en un análisis de la relación del "movimiento" con el "punto fijo". En la frase, "el punto fijo" se expresa con las palabras "el" y "que", mientras "el movimiento" se expresa con las palabras "mata", "espada" y "morirá". Estas tres últimas palabras expresan, así pues, "lo que sucede", lo que se transforma y por lo tanto, como ya hemos dicho, es lo mismo que movimiento, mientras que las palabras "el" y "que" expresan "lo que experimenta lo que sucede", y por ello tienen, necesariamente, que constituir "el punto fijo" sin el cual la experimentación de "lo que sucede" o "el movimiento" sería imposible de constatar. Con respecto al concepto "espada", el lector debe recordar que dicho concepto ha sido "creado" y, por lo tanto, ha tenido un "comienzo". Pero como todo lo que ha tenido "comienzo" también tiene que encaminarse hacia un "final" y, por consiguiente, estar sometido a una transformación, es idéntico a "movimiento". "La espada" es, de este modo, un "movimiento" lo mismo que "mata" y "morirá". Así tenemos aquí, ante nosotros, en las expresiones del redentor del mundo tres formas de "movimiento" y un "punto fijo". Al primer "movimiento", "la espada", lo llamaremos "movimiento 1". Al segundo "movimiento" que se expresa con "mata" y, que en este caso, significa corresponde a "matar", lo llamaremos "movimiento 2", mientras que al tercer "movimiento", que se expresa con la palabra "morirá", lo llamaremos "movimiento 3". Y la expresión del redentor del mundo sólo expresará en su análisis cósmico o más íntimo lo siguiente: "cuando el movimiento 1" se pone en contacto con "el movimiento 2", surge "el movimiento 3". Este es el contenido absoluto de las palabras del redentor del mundo. No contienen nada más, y no pueden contener otra cosa. Vemos que con esto "el punto fijo" no es afectado, y nada puede afectarlo. "El movimiento" sigue siendo "movimiento", del mismo modo que "el punto fijo" sigue siendo "punto fijo". Pero cuando en resumidas cuentas se nombra "el punto fijo", sólo es, claro está, porque es en él que existe toda la experimentación o constatación del "movimiento". Pero nunca puede ser afectado por "el movimiento", ni puede ser idéntico a él. Pero su presencia es, de este modo, una condición absoluta para toda constatación de los tres tipos de movimiento indicados, lo cual en realidad quiere decir: la experimentación de la vida.


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