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Sustancia de la vida n.º 53 – Resultados relativos. Sustancia de la vida n.º 54 – El organismo como un centro "falso" de la perspectiva   985. Las formas precedentes con que se aprecian los detalles del horizonte de percepción de los seres están, así pues, todas ellas condicionadas por una colisión con el principio de perspectiva o ley de la experimentación o creación de imágenes. Los seres juzgan a partir de un centro "falso". ¿Qué constituye este centro "falso"? Este centro "falso" es la materia. Mientras el individuo se encuentre en el estado materialista, y niegue la existencia de todo detalle espiritual, y crea que su propia vida cesa totalmente con la muerte o descomposición del organismo físico, sólo tiene la relación entre este organismo y la vida o existencia para juzgar dicha vida o existencia. Este organismo se convierte, así pues, en el centro según el cual se determina la perspectiva de su percepción de cada cosa. Como este organismo tiene principio y fin, constituye lo que llamamos una "cosa temporal". La relación de cada cosa con esta cosa "temporal" (el organismo) sólo puede ser, de modo correspondiente, una relación "temporal" o "que finaliza". La idea que el individuo tiene de cada cosa sólo es, así pues, un juicio de la relación de una cosa "que finaliza" o es "temporal" con otra cosa "que finaliza" o es "temporal". Esta idea es, así pues, lo mismo que lo que se denomina una idea "relativa". Pero una idea así, "relativa" o "que termina", no puede, a la larga, satisfacer al individuo. Se familiariza cada vez más con el hecho de que el universo es una realidad "eterna" y, debido a ello, no puede explicarse a partir de resultados "temporales". Cualquier resultado real, por brillante que sea, en el horizonte físico de este individuo sólo puede constituir, claro está, una "imagen temporal". Sólo puede expresar una imagen "provisional" de la eternidad, ya que ésta existía antes de que esta imagen fuera creada, y seguirá existiendo después de que esta imagen haya dejado de existir. La imagen "provisional" o "temporal" no puede relatar nada en absoluto sobre la parte de la eternidad que existe fuera de esta imagen. Y como esta parte es la más importante, mientras la pequeña parte concreta de esta misma eternidad que se manifiesta en una "imagen temporal" nunca será otra cosa que una parte muy insignificante, el ser vivo no podrá, de esta manera, adjudicarse el análisis del universo o de la vida por medio de un resultado meramente "relativo" o "temporal". En la medida que el individuo comprende esto, el universo y la vida futura se convierten así en "misterio", es decir, en una pregunta no aclarada o no respondida. Una pregunta no respondida es, a su vez, lo mismo que un hambre o apetito que exige satisfacción. Si, por consiguiente, sólo fuera posible percibir o experimentar con resultados puramente "relativos", esta hambre no podría jamás ser satisfecha. Pero como la naturaleza no puede, en ningún caso en absoluto, crear hambre sin haber creado, al mismo tiempo, fenómenos por medio de los cuales esta hambre pueda satisfacerse, es un hecho que también tiene que haber fenómenos por medio de los cuales el hambre, que en forma de la gran pregunta: ¿Quién es la vida?, que en un determinado estadio evolutivo anima al ser vivo, pueda satisfacerse. Pero esto no descarta que los resultados "relativos" o "temporales" estén ampliamente justificados, sí, son totalmente imprescindibles en el plan divino con el universo. Sin estos resultados o sin esta forma de experimentación, el camino del ser desde su estado luminoso en el "mundo divino" y en "el reino de la bienaventuranza" hasta el estado material, físico sería totalmente imposible. No habría ningún contraste a la luz o conocimiento absoluto. Y las cosas que no tienen ningún contraste están totalmente por encima de toda percepción. Sin estos resultados no podría haber ningún despliegue de conciencia. Por consiguiente, denominaremos a todos los resultados "relativos" "sustancia de la vida n.º 53".
      Pero como estos resultados no podrían existir si no fuera en virtud del organismo como un centro "falso" de la perspectiva sensorial, a este centro "falso" lo denominaremos "sustancia de la vida n.º 54".


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