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El materialista sin Dios expresa el hijo pródigo de la Biblia o el mayor contraste a la Divinidad   971. Ni en el alegre o feliz hombre primitivo, ni en el alegre y feliz hombre religioso, creyente encontramos al hombre terreno que responde al "hijo prodigo" de la Biblia. Sólo queda el materialista ateo con fuerte acento en la inteligencia. Tanto su conducta mental como física revela que representa al ser que, desde el punto de vista mental, está más alejado de la Divinidad. Negar sinceramente la existencia de la Divinidad sólo puede ser, claro está, la culminación misma de la existencia sin Dios del ateo. Sólo reparar en resultados de pesos y medidas en todas partes donde se está en condiciones de percibir, o sólo ver su propia identidad como una culminación de movimientos muertos, efectos de casualidades, sólo puede ser el estado mental más pobre de la vida, aunque bien es verdad que está cubierto con flores áureas de tipo intelectual. En este estado el ser puede representar una competencia extremadamente grande en producción o creación material, ya que esta creación sólo es en sí misma un hacer juegos malabares con los "efectos" o cierta organización de ellos (materias tanto sólidas y líquidas como gaseosas). El conocimiento de un ser así consiste, precisamente, en resultados de pesos y medidas, lo que a su vez quiere decir que es exclusivamente lo mismo que "resultados de efectos" o conocimiento sobre los efectos. Dicho ser, como hemos dicho, puede a veces por consiguiente ser un genial y destacado ingeniero o creador de fenómenos puramente materiales, tales como casas, máquinas o grandes instalaciones de todo tipo, del mismo modo que puede ser un eminente químico y crear productos alimenticios, medicinas y sucedáneos sintéticos o artificiales de productos en gran número de campos. Sí, un ser así puede incluso ser médico, es decir, experto en el campo del organismo animal, tener profundo conocimiento de una gran parte de los efectos materiales (sustancias sólidas y líquidas), de cuyas combinaciones dicho organismo es, claro está, una combinación de suma importancia. Esto no significa, naturalmente, que todos los grandes ingenieros y médicos u otros científicos tengan que ser siempre materialistas al cien por cien, al contrario. Hay muchos de estos seres que hace tiempo han pasado la culminación del estadio material, y para los cuales los resultados de pesos, medidas o efectos no son, por consiguiente, suficientes. Estos seres pueden, por esto, muy bien tener inquietud espiritual. El conocimiento material, los resultados de pesos y medidas o "los frutos" del "árbol de la ciencia" hacen, así pues, del individuo un "experto en la materia", es decir, hacen de él un antípoda de la Divinidad que, claro está, es "experta en la vida". Dentro de poco volveremos a este último estado de conciencia.


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