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Los efectos de "la caída del primer hombre" y la humanidad actual   965. Lucha y mutilación, trabajo fatigante y esclavitud, dolor y sufrimiento camuflados como experiencias felices o luminosas fue lo que "la serpiente", en realidad, le entregó a Eva, y de lo que "comió" e hizo que Adán "comiera". Y los efectos de esto se mostraron inmediatamente. Adán y Eva ya no estaban en el jardín. Ya no estaban en la cercanía de Dios. Su origen, amigo y protector había desaparecido. Avanzaban a tientas en la oscuridad. Y la oscuridad se extendió sobre la Tierra, se convirtió en religiones en degeneración, se convirtió en "materialismo", en estado de ateísmo en el que todo conocimiento sólo es resultados de pesos y medidas. La ilusión, "la casualidad" es el resultado general del universo y, por consiguiente, estimula inevitablemente la ilusión de que cada uno es su prójimo más cercano y da lugar, de este modo, a continuar disfrutando del "árbol de la ciencia del bien y del mal" o la fruta "prohibida". ¿Y cuáles son los efectos de esto? ¿No los encontramos en los resultados de pesos y medidas, en la técnica y el materialismo y, con ello, en la humanidad culminante en ateísmo y descubriendo su "desnudez"? El grito de "paz", es decir, el amor al prójimo y la Divinidad, ¿no es el incipiente, apacible tono bajo la superficie de la actual técnica de muerte estrepitosa y que todo lo aplasta? Sí, ¿no sucede que esta paz, este anhelo de amor entre los seres es directamente la fuerza inspiradora tras el timón que dirige los aviones bombarderos, los submarinos y los barcos acorazados y desencadena los dispositivos portadores de muerte y mutilación? La guerra ya no es un deporte, una distracción o directamente una religión como en los hombres primitivos de tiempos pasados, en que el camino al "Valhala" o favor de la Divinidad sólo era para los que mataban y para quienes habían sido ellos mismos muertos. Hoy todos luchan contra todos, mutilan y matan, pero no porque esto les de alegría, al contrario. ¿No se derraman muchas lágrimas, no hay mucho remordimiento y muchos colapsos mentales en las filas de los soldados de todos los frentes? No, la lucha o la guerra se percibe hoy como una necesidad abrumadora. En realidad, no es a los hombres a los que se quiere matar, sino que es la guerra misma con sus horrores, es más, "el infierno" mismo lo que se quiere exterminar. Así pues, se lucha en realidad en todos los frentes para "matar" o suprimir la guerra. Por consiguiente sólo se mata a los hombres allí donde se cree que con ello se "mata" o aniquila la guerra. El mal que se persigue hoy es la guerra y no el hombre. En tiempos pasados, el verdadero objetivo de la persecución era el hombre y no la guerra. La guerra era, claro está, la ocupación preferida de los dioses y, por consiguiente, moral y religión para los hombres terrenos del pasado, era el fruto deseado, pero "prohibido", del "árbol de la ciencia del bien y del mal". Hoy la abolición de la guerra es moral y religión para los mismos seres. Hoy se ha descubierto su falta de contenido o "la desnudez" que está relacionada con el comer de dicho fruto "prohibido". Y como la abolición de la guerra hará que el amor al prójimo crezca, florezca y lo ilumine todo con su atmósfera luminosa y reconfortante de paz, Adán y Eva estarán con ello, en realidad, de nuevo en el jardín luminoso de su paraíso, donde la proximidad de Dios, su lenguaje y caricias son de nuevo la experiencia cotidiana. Y Adán y Eva habrán pasado un ciclo. "La caída del primer hombre" es, así pues, en realidad un relato que cuenta que la vida es un ciclo.


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