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La invalidez del pensamiento como la causa de la negación del "libre albedrío" del individuo   956. Si el individuo desea cosas que representan un anhelo de aniquilación, este deseo es anormal y sólo puede haber surgido a causa de algún error en los órganos del pensamiento, por lo que el deseo acabado es el producto de una invalidez de pensamiento. Pero como pensamientos son lo mismo que ideas, los pensamientos que son producto de una invalidez de pensamiento y, por consiguiente, defectuosos, serán lo mismo que "ideas falsas". Una negación del "libre albedrío" del ser forma parte de tales "ideas falsas", debido a que éste, por ejemplo, no puede dominar con su voluntad y sus palabras su propio organismo o hacerlo inaccesible a la destrucción que comúnmente es denominada "muerte" por "el hombre "terreno". Que el ser no pueda satisfacer deseos así o parecidos no anula el total "libre albedrío", indicado anteriormente, que el yo, según su análisis más profundo, tiene. Porque estos deseos son un atentado, que está dirigido contra cosas que son totalmente inmunes a los atentados, a saber "el algo" eterno o yo. Como este "algo" no es sustancia o materia, no está sometido a las leyes de la materia, del mismo modo que tampoco forma parte de lo que puede crearse o destruirse y, de este modo, tampoco puede estar supeditado a las leyes de las cosas "creadas". Constituye en sí mismo "el principio creador", es "el creador" mismo. Pero "el creador" no puede destruirse a sí mismo, sólo puede deshacer, aniquilar o transformar de nuevo lo que ha creado. Como la creación sólo puede ser exclusivamente una transformación de la materia, todo deseo que, en realidad, tienda a transformar algo que no sea materia, por ejemplo, "el algo divino" o el yo será, así pues, una equivocación.
      El pensamiento o la voluntad tienden aquí, por lo tanto, hacia algo que no puede ser material para su desencadenamiento. Aquí no hay nada a transformar o cambiar. Y el ser no puede, por consiguiente, ver su voluntad cumplida y la siente, como consecuencia de ello, "atada" y, a sí mismo, se siente impotente y experimenta "la decepción" relacionada con ello. Esta "decepción" es, de este modo, la reacción de un pensamiento inválido. Es su dolor o malestar. Esta sensación enfermiza es a lo que necesariamente tienen que llevar los resultados de una idea enfermiza.


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