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Sustancia de la vida n.º 28 – La supraconciencia   944. Además de las sustancias aquí nombradas, en "el elemento de destino" hay núcleos de talentos para el despliegue de todas las otras facultades y manifestaciones, de todos los otros deseos y talentos del ser vivo, que a continuación vamos a ver un poco más detalladamente. Con estas "sustancias de la vida" mencionadas hemos tratado las sustancias más importantes de las que, como más tarde veremos, se compone o está representada la "supraconciencia" del yo. Hemos visto que esta supraconciencia, como "X2", está enraizada en el mismo yo y que éste es, de este modo, el fundamento absoluto o "punto fijo" de la conciencia.
      Como hemos visto, "X2" es el asiento de todos los núcleos de talentos de los individuos. Esta "X" es, así pues, en realidad el "almacén de facultades" del individuo. Aquí encontramos los núcleos de talentos para cualquiera de las cosas que puede efectuar. Todos los tesoros mentales más elevados, que ha adquirido a lo largo de las vidas, están así pues aquí, los contiene el elemento de destino en forma de núcleos de talentos. Aquí está la esencia de todas sus vidas anteriores, tanto de todas las experiencias, sufrimientos y aflicciones como de las alegrías y la felicidad vividas a través de estas vidas. Y esta esencia será decisiva para el destino de este ser en su vida actual y sus vidas futuras. Esta esencia es la sangre espiritual del individuo. Los glóbulos son los núcleos de talentos. Esta sangre será la que decidirá si en este ser encontraremos odio y persecución mortífera o si este ser nos brindará simpatía y las más tiernas caricias del amor y, de este modo, percibiremos la cercanía de Dios a través de sus manifestaciones visibles. Esta misma sangre decidirá si su origen tiene que pasar las próximas vidas con salud y bienestar mental y corporal, ser un genio lleno de bendiciones para su entorno, o si tiene que estar encarcelado en las oscuras regiones de las sombras de la deficiencia mental, la enfermedad mental o la anormalidad para su desgracia y para horror y espanto de otros seres. La determinación de todo el destino del ser está, así pues, irrevocablemente depositado en su elemento de destino. En "X1" y "X2" existe, de este modo, lo absolutamente más fundamental del ser vivo, pero esto tan fundamental no es en sí mismo "conciencia" y no llevaría consigo ninguna experimentación de vida si sólo existieran las dos "X" citadas. Aquí todo aparece, claro está, como "funciones automáticas", guardadas en estado concentrado en forma de núcleos de talentos. Pero como, en realidad, estos núcleos de talentos contienen, así pues, toda la fuerza invisible de la que se puede crear lo visible del ser vivo, funcionan y se despliegan y, de este modo, son el núcleo, la raíz o la fuerza de conciencia más profunda de este ser, hemos llamado precisamente a esta zona o a este lado del ser "supraconciencia". La supraconciencia constituye, por su parte, "la sustancia de la vida n.º 28".


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