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| Sustancia de la vida n.º 21 – "El sexo doble" o "el hombre perfecto" |
942. Pero los efectos de estos dos grandes núcleos de talentos o polos no son siempre la culminación del "sexo masculino" o del "sexo femenino", sino que también se muestran como "sexo doble", que, a su vez, quiere decir la culminación de un despliegue equitativamente armonioso.
En esta culminación el ser no aparece como "especialmente masculino" ni como "especialmente femenino".
Se muestra, al contrario, como un ser en el que la feminidad y la masculinidad, tanto física como anímica, han perdido sus agudos, robustos contornos a favor del diseño de un ser totalmente nuevo.
Este ser nuevo se diferencia del "ser masculino" y del "ser femenino" por el hecho de que tiene un "horizonte doble".
Mientras "el ser masculino" sólo percibe ante todo "masculinamente" y "el "ser femenino" sólo percibe "femeninamente" y, por consiguiente, cada uno de ellos tiene que vivir en su esfera de conciencia u horizonte, el ser perfecto "de sexo doble" percibe tanto masculina como femeninamente y, de este modo, tiene la posibilidad de poder experimentar la vida en estas dos grandes esferas, que son el contraste la una de la otra.
Esta experimentación de la vida es la que puede revelar su misterio y hacer del individuo uno con "el Padre", uno con "el camino, la verdad y la vida". Y este estado mental es el motivo de que en "el reino de los cielos no se tome en matrimonio", del mismo modo que esta ampliación del horizonte del individuo es la que constituye lo que llamamos "espíritu santo" o "conciencia cósmica". Este estado de conciencia permite que "el hombre" lleno de amor y portador de vida resucite sobre la destrucción y las ruinas del animal mortífero y asesino. La vida también da lugar a este tercer sexo. A este sexo lo denominaremos "sustancia de la vida n.º 21". |
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Síntesis