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| La actitud global del redentor del mundo para con "el reino de los cielos" y "el infierno" |
882. Tras haber mostrado que la concepción que Jesús tenía del "reino de los cielos" era análoga a la descripción de "Livets Bog" de este reino, a saber, que es exclusivamente una continuación perfeccionada de la actual existencia física del hombre terreno, quizá habrá una cierta desorientación con respecto al concepto "infierno".
Según la Biblia, Jesús no oculta que hay un fenómeno de este tipo.
De una manera tan realista como subraya lo que lleva al "reino de los cielos", indica lo que lleva al "infierno".
Tenemos su actitud para con estas dos formas de existencia expresada de una forma muy concentrada en estas dos explicaciones suyas: "No todo aquel que dice: Señor, señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial", "Pero yo os digo: Quienquiera que tome ojeriza con su hermano comparecerá ante el tribunal, y el que le llamare necio comparecerá ante el sanedrín, y quien le llamare renegado será reo de la gehena del fuego"
Aquí tenemos la actitud global del redentor del mundo para con "el reino de los cielos" y "el infierno". El acceso al "reino de los cielos" sólo es posible haciendo "la voluntad de Dios", es decir, cumpliendo todas aquellas cosas, que según la voluntad de la Divinidad o Providencia, son las condiciones para este acceso. Decir "Señor, señor", o sea, suplicar o pedir "el perdón de los pecados", pedir entrar en "el reino de los cielos" o con adulaciones o palabras amables congraciarse con el redentor del mundo no es cumplir la voluntad de Dios con respecto a las condiciones para entrar en "el reino de los cielos". Pero al no ser la oración y "el perdón de los pecados por la gracia" lo que da acceso al reino prometido, lo que proporciona este acceso sólo puede ser el amor al prójimo, que, claro está, es la culminación misma de la sabiduría moral o manifestaciones intelectuales del redentor del mundo. |
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