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Jesús compara una nueva forma de existencia futura con la de los ángeles del cielo   873. Además hay que reparar en que subraya que los seres de "la resurrección" son "como ángeles del cielo". "Los ángeles" del "cielo" son, así pues, algo totalmente distinto. Si no lo fueran la comparación sería imposible. Se pueden comparar dos cosas entre ellas, pero no se puede comparar una cosa con ella misma. "Los ángeles" y "el cielo" expresaban, por consiguiente, algo que los que escuchaban al redentor del mundo conocían de antemano, y con lo que él podía comparar las nuevas realidades sobre las que les informaba. Estas nuevas realidades eran, claro está, lo mismo que los seres de "la resurrección" o la nueva forma de existencia perfecta mental y físicamente (el nuevo cielo y la nueva Tierra donde vive la justicia). Los habitantes de esta nueva forma de existencia no contraen, tal como hemos dicho, matrimonio, ni se dan en casamiento y, por lo tanto, están tan por encima del principio del matrimonio o se han independizado tanto del instinto de apareamiento que pueden amar a cualquier prójimo como a sí mismos "al igual que los ángeles del cielo". Su deseo y facultad de amar o de vivir y ofrecerse por cualquier prójimo no son obstaculizados, perturbados o imposibilitados por ninguna tendencia al enamoramiento, engendradora de celos, con su fuerte deseo de derecho de propiedad sobre la pareja sexual. La vida de "la resurrección" tenía, por lo tanto, que ser "como la de los ángeles del cielo". El redentor del mundo no dice, así pues, que los seres de "la resurrección" son lo mismo que "ángeles del cielo", lo cual habría sido lo más absolutamente natural y fácil de comprender para quienes lo escuchaban, si verdaderamente era esto lo que pensaba. Remite simplemente al nuevo estado en el venidero "reino de Dios", lo que empezó como un "grano de mostaza", será igual a "los ángeles del cielo". "Los ángeles del cielo" eran por consiguiente algo que los oyentes de Jesús conocían de antemano. ¿Qué entendían entonces por "ángeles" y "cielo"? Como no conocían nada en absoluto sobre la reencarnación o renacimiento, y las vidas o existencias físicas venideras estaban, así pues, totalmente fuera de su facultad de comprensión o de lo que se podían imaginar, cada forma de existencia y cada zona de existencia que no fuera idéntica a su propia forma de existencia y esfera de existencia sólo podía ser de un estado no físico. "Los ángeles" eran, de este modo, seres "espirituales", y "el cielo" un mundo "espiritual" en el que tenían su lugar de origen o zona de existencia. Que todos los seres físicos tenían que terminar aquí, cuando su vida física había terminado, era naturalmente algo evidente para estos seres. Esta zona de existencia "espiritual" era, así pues, la única idea con respecto a vida y existencia, aparte de su actual vida física, que podían en absoluto comprender. Y es cierto que todo ser, tras el cese de su actual vida física, tiene que estar en esta forma de existencia "espiritual" y en esta zona de existencia "espiritual". Pero no era esto lo que el redentor del mundo consideraba como algo importante que debía contar a sus oyentes. Y sólo cita esta zona de existencia y sus habitantes como una cosa secundaria de su relato. Su expresión "igual que los ángeles del cielo" sólo es, en realidad un adorno, o bien un andamio para lo verdaderamente central de su narración sobre "el nuevo cielo y la nueva Tierra en donde vive la justicia", que a su vez quiere decir: una existencia física venidera perfecta en la que vive la justicia, y que el hombre terreno sólo puede alcanzar a través del "día de juicio final", es decir, por medio del renacimiento o karma y no por medio del "perdón de los pecados".


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