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El cristianismo autorizado de hoy sólo es una fase determinada, adaptada localmente, de la redención del mundo para los que hasta un cierto grado todavía se muestran como seguidores del Dios del "Antiguo Testamento"   863. En lo que antecede hemos visto al mismo tiempo con qué inmenso amor el principio de la redención del mundo, a través de Jesús no sólo va al encuentro de los que han abandonado la vieja cultura judía y, por consiguiente, tienen hambre de un nuevo linaje en el que todos los pueblos de la Tierra gradualmente serán bendecidos, sino también de los propios "ortodoxos" de la misma cultura o manera de adorar a Dios cuando afligidos y desesperados lo buscaban. ¿No se ve aquí cómo la redención del mundo abraza amorosamente al ser preocupado e, igual que un padre o una madre con su hijo, interpreta la vida de acuerdo con su edad y lo lleva del llanto y desaliento a la alegría y regocijo, dándole la verdad con las expresiones adecuadas a su mentalidad infantil? Y lo que la redención del mundo da hoy es la verdad en forma de expresiones así acomodadas, a través de los sacramentos del "bautismo" y "la comunión", a los que con el nombre de "cristianos" aún son seguidores "creyentes" del Dios "enojado" y "punitivo" del "Antiguo Testamento". Aquí el ser abrumado por "el pecado" y desdichado también sigue buscando hoy paz y fuerza para vivir, siempre en relación con su "fe". Pero si no "cree", los sacramentos no tienen ningún valor vivificante en absoluto. Por este camino el ser no podrá de ninguna manera entrar en contacto con Dios, tener paz en su mente y alegría de seguir viviendo.
      Como aquí hemos visto, la redención del mundo se ha adaptado de una manera tan genial y amorosa a la mentalidad humana terrena que ya da su fuerza liberadora a los seres en el momento en que, en realidad, todavía "creen" totalmente en el Dios de "Abraham", "Isaac" y "Jacob". Con los sacramentos del "bautismo" y "la comunión" ha abierto, así pues, paso desde el Dios "punitivo" y "vengativo" del "Antiguo Testamento" al Padre eterno del "Nuevo Testamento" "que ama con amor universal". En la conciencia o mentalidad del propio redentor del mundo vemos un encuentro apacible y adaptado entre dos grandes épocas altamente distintas con respecto a la tendencia religiosa, y su paso de la una a la otra. Con su fuerte autoridad, que se basaba en un conocimiento muy alto y absolutamente infalible del "espíritu santo" e inspirado por él, podía con la fórmula "Tus pecados te son perdonados" llenar de paz a todas las almas atormentadas por los ilusorios complejos de pecados surgidos de la vieja forma de adoración a Dios. Y todo "el cristianismo" conocido y autorizado en el mundo se basa en este aspecto de su conciencia y en su autoridad. Y de esto podemos ver que este "cristianismo" sólo es una fase local y adaptada de la propia redención del mundo. Es el regalo o la mano tendida de la redención del mundo a todos aquellos seres que en el campo espiritual todavía son pensadores dependientes, y cuya vida anímica, por consiguiente, sólo existe y se desarrolla exclusivamente en virtud de "la fe ciega en la autoridad". Todavía no se han convertido en verdaderos buscadores. No son investigadores. En el campo cósmico todavía son almas infantiles o fetales. Su conciencia, como ya hemos tratado con anterioridad, está extraordinariamente enraizada en la imagen de Dios heredada del "Antiguo Testamento", que alberga "la ira" y "el castigo". Todavía son, de alguna manera, "israelitas" en su manera de adorar a Dios y en su concepción de la imagen de Dios. Sólo se apartan de este modo de ser en que ya no creen en tan alto grado en todos "los profetas", y tampoco se sirven de los métodos con que los israelitas hacían sus ofrendas con animales y productos de sus cosechas para reconciliarse con Dios. Lo que ha sucedido es que la redención del mundo ha hecho su entrada por medio de la autoridad de Jesús y ha creado una nueva fase. Tan fuerte ha hecho la redención del mundo a esta autoridad, tan enormemente penetrante ha sido la verdad de las palabras de Jesús: "Tus pecados te son perdonados" que éstas, en forma de sacramentos, se han convertido en un eco que se ha repetido a perpetuidad y ha resonado de linaje en linaje a través de los tiempos y ha dado provisionalmente a millones de generaciones de seres atribulados y arrepentidos paz y salud mental.


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