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La persecución de "los homosexuales" por la sociedad   858. "La homosexualidad" es, en realidad, la expresión que usa la gran mayoría para toda esta "eclosión de la primavera", antes descrita, con todas sus ramificaciones de desviaciones de la presunta sexualidad "normal". Como este gran público no ha tenido hasta la fecha la más mínima aptitud para enterarse de qué era lo que en realidad presenciaba, y, por consiguiente, sólo estaba en condiciones de interpretar todo lo que se desviaba de su propia sexualidad como "aberraciones", que a toda fuerza tenían que combatirse casi todavía más que lo que se combate a los ladrones y asesinos, se convirtió en un juez y perseguidor muy duro de esta sexualidad y la persiguió con leyes judiciales, cárceles y pena de muerte.
      Pero, ¿qué era el castigo judicial al lado de la tortura y deshonra que tenía que ser para el homosexual ser expuesto en la picota de la justicia y ser descubierto ante familia y amigos, y otros que significaban algo para él, como una especie de monstruo que lo más rápidamente posible tenía que excluirse de la sociedad humana? ¿Qué era ser ladrón, bandolero o asesino junto a una vergüenza así? No, la gran mayoría estaba demasiado emparentada con estos últimos individuos o tenía demasiado de su naturaleza en ella para poderlos considerar como "antinaturales", aunque, naturalmente, estaba obligada a castigarlos para que no llegasen a dominar totalmente. Pero que un ser tuviera una simpatía algo más fuerte que la que era común por un ser de su propio sexo, era un atrevimiento inaudito, una tendencia directamente diabólica que socavaba directamente la existencia de la familia o la especie ¿Y cómo iban a poder tener otra forma de actitud unos representantes de la mayoría, unos guardianes de la moral, unos legisladores tan ignorantes, en los que todavía florecía una simpatía, no siempre dominada decentemente, por el sexo opuesto y que aún tenían la antipatía del "chivo en celo" contra su propio sexo? Y para los representantes de las habladurías una revelación así era el mejor tema que, en resumidas cuentas, existía. ¿Qué situación podía superar una noticia así y tener más éxito que la revelación de que un ser se desviaba sexualmente de la mayoría? La noticia sobre asuntos económicos desafortunados o contratiempos en el matrimonio de este o aquel ciudadano, su quiebra o divorcio, ¿no eran, acaso, clichés totalmente gastados al lado de una noticia así que las aventaja a todas? ¿Qué noticia sensacional podría haber podido entrar con más fuerza en los rincones oscuros de sótanos y buhardillas, en las tiendas y los lugares de trabajo? Sí, el Adán y la Eva "caídos", iban a sentirse "desnudos". Y esta frialdad de la ignorancia ha matado de frío a cientos y cientos de seres, o ha matado directamente con gran autoridad jurídica, y con olas de habladurías ha forzado al suicidio o excluido de la sociedad. Pero esto no se le tiene que reprochar a nadie. El principio de la redención del mundo sólo tiene como misión mostrar que tales perseguidores forman parte de aquellos que "no saben lo que hacen".


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