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Por qué los defensores de la moral o predicadores corrientes son, por regla general, los últimos en comprender el gran mandamiento que dice "Amarás al prójimo como a ti mismo"   851. Hacer de sus fuerzas sexuales, de su más alta e íntima naturaleza un simple objeto de comercio no es, así pues, el camino hacia la salud y la felicidad, y todavía menos hacia "la conciencia cósmica". Pero, ¿qué pasa entonces con los seres que son "clientes" de una esfera así? ¿No son también responsables de la caída de los otros en el abismo? Sí, esto es hasta cierto punto verdad. Si no hubiera ningún "cliente", estas personas prostituidas no abusarían de su disposición sexual en el grado en que lo hacen. Pero no hay, sin embargo, que creer por esto que los seres en cuestión formarían parte de la esfera matrimonial perfecta. Como ya hemos dicho,todos los seres que entablan relaciones sexuales con seres de su propio sexo ya están degenerados sexualmente en su conciencia. Los seres que todavía florecen en la relación sexual natural con seres de sexo contrario nunca aceptarían iniciar ningún tipo de contacto sexual con su propio sexo, dado que una aversión y repugnancia interior, que directamente limita con el odio y la rabia contra estos fenómenos y contra quien da origen a ellos, al que se persigue, imposibilita todo contacto sexual con su propio sexo. Esta fuerte antipatía se desencadena de manera especial a través de la mayor parte de predicadores morales u otros vigilantes de la moral, ya que estos seres, por regla general, todavía se encuentran en muy alto grado en la zona de los matrimonios felices, y en la presente espiral todavía no han presentido ni comprendido nunca que hay una esfera sexual muy superior que la puramente mamífera. Que clamen a gritos, desde los púlpitos o tribunas alrededor del mundo, la idea que dice "Amarás al prójimo como a ti mismo", ante auditorios más o menos grandes, y que lo hayan hecho a lo largo de centurias y, sin embargo, sean los últimos en comprender las consecuencias y el profundo significado divino de esta frase, se entiende así mejor aquí. Que este amor perfecto, altruista y puro no puede surgir en el individuo de "nada", pero necesita órganos y disposiciones especialmente particulares al igual que toda función de conciencia, todavía se encuentra fuera de la zona de su horizonte.


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