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| Por qué "mantener limpio su camino" no es siempre seguir los dogmas autorizados | 850. "Mantener limpio su camino" no es, así pues, siempre seguir ciegamente los dogmas autorizados, sino al contrario seguir y cumplir exclusivamente las absolutas exigencias propias de la naturaleza. Sólo esto puede ser la regla de la normalidad sana, y sólo esto puede dar la salud total, al cien por cien, de alma y cuerpo. Es cierto que los dogmas se presentan como cumpliendo esta exigencia, pero si un dogma concreto en una situación determinada tiene miles de años, la naturaleza de la exigencia en la respectiva situación ha cambiado entre tanto, y el dogma sólo es, por consiguiente, una frase vacía, un juego de palabras sin contenido. Seguir una serie de frases así, vacías o sin contenido, o hacer de ellas un ideal de vida puede, de este modo, convertirse hoy en igual de peligroso que el cumplimiento de esta serie de frases como ideal puede haber sido vivificante hace miles de años. Las exigencias absolutas de la naturaleza siguen a la vida, y se transforman con ella y significan vida eterna. Las exigencias de los dogmas no siguen a la vida, sino que se detienen y así pierden su contacto divino con la vida. Se convierten en objetos mentales de museo por encima de los cuales avanzan rápidamente la frescura y fuerza vital de la vida a través de nueva carne y sangre, con nuevas vivencias, nuevas experiencias, nuevos tiempos. Sólo los dogmas, palabras y frases que están en contacto con ella pueden ser de una naturaleza universal tal que, al igual que la vida, duran eternamente, aunque el cielo y la tierra, los mundos, los organismos, la carne y la sangre tengan que perecer, tengan que convertirse en polvo o cenizas a favor de la creación de nuevos cielos, nuevos mundos, nuevos planetas, nuevos seres y nuevas existencias en las vías eternas del ciclo de espiral. |
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