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Por qué el hombre terreno se precipita ciegamente en vías de destino sexuales oscuras   849. Que los seres en cuestión no encuentren directamente la celda acolchada en la vida actual no disminuye el problema. Aquí trabajamos con procesos creadores, que tienen lugar en el individuo, de vía mucho más larga que los efímeros periodos que constituyen la vida local del hombre terreno. Pero, en cambio, en una simple vida así podemos presenciar la entrada de varias de estas vías de destino en la celda acolchada. El comienzo de una vía así no se ve aquí físicamente, porque entró en la escena de la vida mucho antes que la vida actual del ser en cuestión comenzara. Pero, en cambio, podemos ver que otros seres comienzan una vía sexual así de oscura y no presenciamos su fin en la celda acolchada, ya que ésta sólo tendrá lugar en un futuro que se encuentra más allá de la vida actual del ser en cuestión. Del mismo modo también podemos, naturalmente, ver los estadios intermedios entre estas dos vías y, entonces, no vemos ni su principio ni su fin, dado que ambos factores se encuentran igualmente fuera de la actual vida local, terrena del ser en cuestión. Y es conforme a esta limitación de la visión que los seres se precipitan tan ciegamente en estas peligrosas vías sexuales e imperceptiblemente atan su transformación de animal en hombre a la drástica y oscura esfera de estas vías.


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