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Por qué algunos hombres, tanto casados como no, buscan a las prostitutas. Cuando el deseo erótico es demasiado dominante en relación con la facultad de enamorarse   844. Otro tipo de degeneración sexual la tenemos en "los clientes" de las prostitutas. ¿Quiénes son estas personas y por qué son "clientes" de las prostitutas? Pues en primer lugar son, por regla general, los presuntos esposos normales que ya han dejado atrás "la luna de miel" de su matrimonio. Si no la hubieran dejado atrás no sentirían ninguna necesidad de buscar la prostitución. Que hayan dejado atrás "la luna de miel" y tengan que buscar la prostitución convierte en un hecho que ya son "anormales" según el sexto mandamiento, la iglesia o los dogmas transmitidos, cuyo cumplimiento se valora como "lo normal". No pueden, por consiguiente, obtener suficiente satisfacción o placer sexual en el matrimonio autorizado. Que busquen a prostitutas y no vayan a otras mujeres se debe, naturalmente, a razones prácticas. Este método es más fácil de mantener secreto, además el vínculo por parte de una mujer así es exclusivamente de tipo comercial. En una relación de este tipo "el cliente" no se ata con "el enamoramiento" pegajoso y sumamente desafortunado para él. Cuando el acto sexual ha terminado, y la mujer ha recibido su paga ya no hay, generalmente, ningún vínculo molesto entre "el cliente" y ella. No le exige nada, a menos que tenga tendencias delincuentes y quiera aprovecharse de la situación con un chantaje. Pero estos casos se presentan en un tanto por ciento muy ínfimo entre las prostitutas, y desde el punto de vista del negocio también sería, claro está, muy imprudente.
      Entre "los clientes" de las prostitutas también hay, naturalmente, hombres solteros de diversos tipos sexuales y de edades diferentes, tanto hombres muy jóvenes como más adultos. Para todos ellos lo que cuenta es que sus talentos matrimoniales ya están degenerando de manera acelerada. Todos ellos son, más o menos, seres cuya necesidad erótica es demasiado dominante en relación con su facultad de enamoramiento. Los seres así sentirán, incluso estando enamorados o en el noviazgo, necesidad de una satisfacción sexual con otras mujeres que, precisamente, su prometida. Como el matrimonio perfecto se basa exclusivamente en que la facultad de enamoramiento es lo que domina totalmente el erotismo mutuo de los cónyuges y, por consiguiente, no pueden sentir ningún deseo especialmente fuerte de buscar placer sexual en otros que no sean el cónyuge, es un hecho que los "clientes" de la prostitución antes mencionados no tienen ningún talento especial para ser "fieles" en el matrimonio. Y esta relación desigual entre la necesidad erótica de estos seres y su facultad de enamorarse es el motivo de la desgracia matrimonial que en tan alto grado domina en la cultura moderna.


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