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Los seres desean disfrutar del sexo, pero con ayuda de su inteligencia intentan evitar sus consecuencias o resultados naturales: la fecundación y la descendencia. La transformación del organismo y otros destacados signos de degeneración   839. Esta conciencia en el ámbito sexual que está despertando en el hombre terreno se usa en alto grado para combatir el principio de la fecundación a que da lugar el instinto sexual. Los seres no quieren tener descendencia y, de este modo, aquí ya se han alejado enormemente del "Paraíso Terrenal" originario. Quieren conservar el disfrute del sexo, pero con su creciente inteligencia intentan evitar sus engorrosos resultados. Que la evolución de la mujer tiende hacia delgadas caderas o una región pélvica angosta, es más, tan angosta que muchas mujeres ahora ya no son aptas para tener hijos, al mismo tiempo que la evolución del hombre tiende cada vez más hacia lo femenino, alejándose del organismo robusto y macizo con toscos músculos de simio hacia una figura con rasgos cada vez menos acentuados y limitada por suaves líneas, es también un fenómeno que de ninguna manera puede decirse que sople vientos favorables al estado original de procreación mamífera. El hecho de que dejen que su descendencia se amamante de la ubre de la vaca por medio de un biberón en vez de que se amamante del pecho de la madre tampoco es un fenómeno que mantiene y desarrolla la aparición de la mujer como auténtico "ser femenino" con la facultad de darle a su bebé vida con su propio pecho. Pero aunque, naturalmente, hay una gran cantidad de mujeres que todavía no han perdido esta facultad auténticamente femenina, no puede ser favorable que entre estas madres lactantes haya varias que experimenten placer, incluso directamente necesidad de estar envueltas en una nube de tabaco, de llenar su garganta y sus canales respiratorios con humo de una enorme cantidad de cigarrillos, que estén sedientas de toda clase de líquidos alcohólicos, whisky y cócteles u otras de las sustancias venenosas camufladas que forman parte del "buen tono" de la vida social moderna. A decir verdad, ¿qué es lo que este niño que tiene que mamar de una madre así recibe con la leche materna? Si este pequeño ser no es envenenado en la cuna, esto no es gracias a la civilización ni al tan alabado "buen tono", y todavía menos gracias a la madre. No, Eva recolecta en nuestra época más manzanas que nunca del "árbol de la ciencia". Un "Paraíso Terrenal" en que esta recolección está prohibida es una residencia imposible para la mujer de hoy. Que el hombre a veces deje embarazada a su esposa en medio de una borrachera o quizá que incluso sienta más necesidad de alcohol que de hacer el amor también es una de las cosas que muestra que el Adán del siglo XX también vive en grande de "la fruta prohibida" y, así mismo, sólo puede ser un extraño en "el Paraíso Terrenal" donde la reproducción de la familia es el sumo ideal, es el único placer o la única esfera de interés legítima de la vida o la única que está absolutamente permitida.


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