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El ser vivo no continuará viviendo con concepciones "relativas". Las concepciones del hombre terreno en los campos que se encuentran en el centro de su facultad de percepción   817. Pero, afortunadamente, el ser vivo no continuará viviendo con una simple concepción "relativa" de sí mismo. Gracias a la percepción de yo o al "punto ciego" de su propia experimentación de la vida, que siempre se encontrará tras todo pensamiento o idea, el individuo no puede descansar antes de que su deseo de "pesar" y "medir", de determinar "edad", "velocidad" o "movimiento" del yo como tal también se haya satisfecho. Pero, como el lector ya sabe, aquí sucede algo extraño, sucede que dicho "punto fijo" o yo, en virtud de que precisamente no existe como una reacción del contacto entre dos movimientos, no puede "verse" ni "percibirse". Pero entonces su conocimiento tampoco puede depender de ningún "ojo que ve". El ser, o no lo percibe en absoluto, y entonces se convierte por sí mismo en una "X", y si lo percibe, tal como ya hemos visto aquí en "Livets Bog", es un "punto ciego" y por sí mismo también será igual a "X". Su análisis sólo puede ser una "X", pero una "X" que no se puede borrar. Por lo tanto, existirá siempre como "algo que es". Y aquí el ser se encuentra confrontado con una concepción que no es en absoluto "relativa". Pero ya antes de que este algo sea concebido como una "X" imborrable, su existencia, sin embargo, ya ha pasado a formar inalterablemente parte de un campo del conocimiento de la conciencia diurna del ser. Este campo, tal como ya hemos dicho, está formado por lo que se encuentra exactamente en "el punto de la imagen" de su facultad de percepción. Aquí percibe de alguna manera esta "X" o "algo" sin nombre. El hecho de que no quiera aceptar que una casa o un traje puedan hacerse sin un constructor y un sastre respectivamente se debe exclusivamente a que en este campo ve claramente la necesidad absoluta de un "origen que dirige la voluntad" tras la creación de estos fenómenos. La misma necesidad de un origen ve tras todos los fenómenos que reconoce como producidos por semejantes. Que esto dé a su experimentación o conocimiento "cósmico" una expresión "relativa" no cambia la identidad o naturaleza "cósmica" del conocimiento en sí. Cuando dice que el constructor y el sastre o "los orígenes que dirigen la voluntad" tras la casa y el sastre son "hombres", tiene verdaderamente la impresión de que esta denominación no es suficiente para su conocimiento, porque la pregunta ¿qué es un hombre o qué es un ser vivo? sigue pendiente. Aquí el problema ha desaparecido de nuevo del "foco" de su facultad de percepción, se ha vuelto borroso, se ha convertido en "relativo"


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