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Que los seres hayan tenido que crearse ideas sobre la intervención de ambos mundos en su vida práctica cotidiana es también una prueba que contribuye a demostrar la existencia del "mundo espiritual"   802. Los hombres terrenos, si bien no tienen conciencia de estos altos análisis cósmicos de los dos mundos aquí citados, conocen, sin embargo, la intervención puramente práctica de estos mundos en su vida cotidiana. Esta intervención es tan real, que estos seres han tenido que encontrar en gran medida expresiones en su idioma para poder distinguir entre sí las manifestaciones particulares de esta intervención. Cuando, de este modo, hablan de "materia" y "espíritu", esto revela que distinguen entre estas dos realidades en su vida cotidiana. La primera realidad es, por consiguiente, claramente palpable. Pueden pesarla y medirla. Pueden agarrarla y tocarla con sus manos o transformarla con aparatos físicos. Pueden percibirla por medio de los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y los órganos de percepción. Por medio de estos sentidos se convierte en un fenómeno real, imborrable. Pero, al mismo tiempo que los seres experimentan este "mundo exterior", este "mundo interior", cuya existencia hemos demostrado, también forma parte de la impresión que la vida deja en ellos. Sus detalles son, en primer término, "copias" (recuerdos) de cosas existentes en "el mundo exterior". Pero no pueden percibirlas o experimentarlo por medio de los sentidos físicos mencionados. Pero dicho mundo es, no obstante, un hecho para ellos. Y como consecuencia de ello han tenido que encontrar expresiones para poder indicar, por medio de ellas, su presencia como separada de la física. Y su expresión principal para esto es la que ya conocemos como "espíritu". Sin embargo, una gran parte de seres conocen mejor este "mundo interior" con el concepto "conciencia". "Espíritu" y "conciencia" sólo expresan, así pues, la misma realidad, a saber, "el mundo interior" del ser vivo. También han tenido que encontrar expresiones para los detalles más concretos de este "espíritu" o "mundo interior" del ser. Y a estos detalles los conocemos con el concepto "pensamientos". "Los pensamientos" sólo son, en realidad, el reflejo del "mundo exterior" en "el mundo interior" del ser vivo. La transformación de este "reflejo" en "el mundo interior" del ser, y la aparición de lo transformado en "el mundo exterior" es algo tan corriente en la vida cotidiana del ser, que ha tenido, así mismo, que encontrar expresiones para señalarlo. A estas expresiones las conocemos como "la manifestación" o "la creación" citada. Estas dos expresiones cubren, de este modo, el reflejo o la aparición del "mundo interior" del individuo en "el mundo exterior".


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