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| Los seres pueden hacer malabarismos con la materia de su "mundo interior", del mismo modo que pueden hace malabarismos con la materia del mundo físico y dar lugar, con ello, a lo que expresamos con los conceptos "función intelectual o del pensamiento" o "trabajo intelectual" | 800. Del mismo modo que se pueden hacer malabarismos con la materia o los detalles del mundo "exterior" y, de este modo, estar en condiciones de estimular el instinto de conservación – el animal se procura alimento y estimula su instinto de apareamiento, el hombre hace lo mismo y simultáneamente comienza a hacer malabarismos con la materia a un nivel superior o lo que se llama "creación artística" –, también se pueden hacer malabarismos con la materia del mundo "interior". Estamos en condiciones de "cambiar de lugar" las muchas "impresiones", que hemos recibido del mundo exterior por medio de los sentidos, o de "modificarlas". Si hemos visto una iglesia con una torre con una aguja, podemos dotar la copia "interior" de esta imagen con dos torres con agujas. A esta copia "interior" también la podemos dotar de más vidrieras, de más alas que las que hay en la imagen "exterior" que la iglesia muestra a nuestros sentidos, del mismo modo que también estamos en condiciones de modificar el interior de la iglesia en nuestra copia "interior". Aquí podemos ponerle otros muebles, darle otras dimensiones, etc., que las que figuran en nuestra copia "interior", original de dicha iglesia. Del mismo modo podemos transformar todas nuestras copias "interiores". Las podemos reducir y transformar los detalles y hacerlos más simples, del mismo modo que podemos hacerlos más perfectos, según nuestros propios conceptos de perfección. A este hacer malabarismos con la materia y los detalles del mundo "interior" lo llamamos "función intelectual o del pensamiento" o "trabajo intelectual". |
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