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Nuestra experimentación de la vida sólo puede tener lugar apoyándose en ruinas. La ciencia material y "las hojas" del "árbol de la vida"   770. ¿Que es entonces lo que el ser vivo descompone y compone para dar lugar a la creación que, a su vez, supone su propia experimentación de la vida? Con nuestra vista física vemos que para la creación de la forma de experimentación de la vida que llamamos el hombre terreno, y para que esta forma de vida pueda mantenerse, tiene que tener lugar una, aparentemente, infinidad de descomposiciones. Todo el alimento que ingerimos y una gran parte del material que bebemos, ¿no es acaso algo que descomponemos a partir de su fase en la naturaleza? Una gran parte de nuestra relación con otros seres vivos, nuestros semejantes incluidos, ¿no es, acaso, el mismo proceso de descomposición? ¿Qué opinamos de nuestra conducta en las situaciones en que ésta manifiesta enojo, odio y cólera, y las guerras, los actos de violencia, las mutilaciones y destrucciones consiguientes, o bien en otras situaciones en que manifiesta astucia, mentira o engaño, lo cual, está claro, nunca puede ser otra cosa que disimulada descomposición del cumplimiento de los deseos y anhelos propios de la víctima? Nuestro contacto diario con los elementos de la naturaleza, ¿no es, acaso, una descomposición para que podamos componer? los resfriados, las enfermedades, las penas y la melancolía, ¿son acaso otra cosa que una descomposición del bienestar normal? ¿Y por qué tienen lugar tales descomposiciones? ¿No será porque el ser vivo en tales situaciones ha sido demasiado débil para poder dominar el proceso de descomposición de la naturaleza? Su capacidad de descomponer, es decir, de dominar la naturaleza en la medida en que era necesario para la composición de su propia existencia, su propia salud y bienestar ha sido, en este caso, demasiado exigua. Vemos que la creación de la experimentación de la vida exige constantemente una cierta cantidad de descomposición para que pueda tener lugar su composición. Esta experiencia sólo puede tener lugar sobre un fundamento de ruinas. Explicar toda esta profusión de descomposiciones y composiciones, que condicionan la pura experimentación física de la vida, no es nuestra misión. Es una tarea consagrada a la ciencia puramente material. Pertenece más bien a la "química física". Una explicación así de todos estos detalles materiales sería, en realidad, lo mismo que una explicación de las hojas de un árbol. "Las hojas", por consiguiente, forman parte, en este caso, del campo de la ciencia material. Pero un conocimiento de una hoja no da ningún conocimiento seguro del tallo, las ramas y el contorno del árbol en sí. Estos tres factores del "árbol de la vida" son los que queremos explicar aquí.


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