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Todo es sinónimo de vida pasajera que se está transformando y, por consiguiente, manifiesta la existencia de un "algo" eterno   764. ¿Qué es entonces esta vida eterna? Según "Livets Bog" ya sabemos que puede denominarse el producto o resultado conjunto de la supraconciencia del ser vivo, que a su vez es lo mismo que su "X1" y "X2". "La vida" misma es, en realidad, lo mismo que "X3". Como la vida es, por consiguiente, un producto de las dos "X" citadas, es en realidad una "cosa creada". Pero como una "cosa creada" no puede surgir de "nada", sino que ha surgido de "algo", será lo mismo que "algo" que ha surgido de otro "algo". Por consiguiente, este otro "algo" se ha transformado. Como ya hemos dicho, la creación sólo puede de este modo existir como sinónimo de transformación. Toda "cosa creada" será, por lo tanto, una "cosa transformada". Dado que la vida, como ya hemos dicho, constituye una "cosa creada", esta vida también será lo mismo que una "cosa transformada". Pero, además, esto es únicamente lo que los hechos muestran. Como adultos no tenemos la misma vida que teníamos como niños. Un "delincuente" y un "santo" no tienen la misma forma de vida. Pero, del mismo modo que ninguna de estas formas de vida es eterna o inalterable (el niño se convierte en adulto y el adulto en anciano, "el delincuente" no ha sido siempre delincuente, y "el santo" no ha sido siempre santo), ninguna de las formas de vida que vemos o que alguna vez podamos ver, puede ser de ninguna manera eterna. Las vidas sólo son resultados de la transformación de cosas de un estado a otro. Y lo que hoy vemos de la vida seguirá estando sometido a la transformación, y mañana será totalmente distinto, es más, ya lo será hoy, antes de que haya transcurrido la fracción de un segundo. Ninguna vida puede permanecer quieta. Pero ninguna transformación de la vida puede tener lugar sin que sea creación. Creación y transformación de vida son, por consiguiente, idénticas. Vista de esta manera, la vida en sí constituye, como ya hemos dicho, algo que se ha transformado de un estado a otro. Toda vida actual será, por consiguiente, idéntica a algo precedente que se ha transformado. Pero como esto precedente es, a su vez, algo precedente que se ha transformado, y así sucesivamente, del mismo modo que vida futura también será inevitablemente idéntica a la vida presente transformada, la vida se manifiesta aquí como un "algo" eternamente existente que cambia de forma. Y esta forma cambiante es lo que percibimos como experimentación de la vida.
      Dado que todo lo que existe o aparece como energía, vibración o movimiento sólo puede existir como idéntico a este proceso de transformación, todo lo que vemos o podemos presenciar, sea lo que sea, se convierte en idéntico a la vida actual que se está transformando. Esto es, de manera inalterable, valedero para todo, ya dirijamos nuestra mirada al microcosmos y al macrocosmos, o la dirijamos a nuestra propia vida o mesocosmos. Todo es vida que se está transformando y, por consiguiente, manifiesta que detrás hay la existencia de un "algo" eterno.


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