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Capítulo 12
Las sustancias de la vida
Introducción   763. Hemos avanzado tanto en nuestro estudio del ser vivo que sabemos que este ser constituye una realidad eterna. Pero también sabemos que representa algo más que esta existencia eterna. Constituye también ese fenómeno fundamental que llamamos "vida". Si este fenómeno no estuviera entrelazado a la existencia eterna del yo, nunca, en ningún caso, podría experimentarse. No habría ninguna forma en absoluto de pensamiento, voluntad ni conciencia, del mismo modo que tampoco habría "creación" o "cosas creadas". Una "nada" eterna convertiría la existencia eterna del "algo divino", que existe como "la causa sin causa" o yo tras cada forma de movimiento, en un dominio de la muerte al cien por cien. Lo que ahora conocemos como lo que constituye dicho "algo divino" tras el universo y tras los seres vivos sería un prisionero no consciente, es más, un prisionero sin vida en una tumba eternamente cerrada. Pero como un estado así, es decir, la muerte absoluta, sólo puede existir como un contraste imaginario al hecho que la realidad absoluta representa, a saber, una vida con existencia eterna, al buscador de la verdad le será necesario ponerse al corriente de las sustancias especiales o material de que esta vida eterna está construida. En colaboración con el lector vamos, por consiguiente, a detenernos un poco en este problema tan grande.


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