Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(639-1052) 
 
Búsqueda avanzada
Véase el símbolo nº 11 en nueva ventana    

 

La oración personal, a solas, a la Divinidad se basa en la telepatía. La telepatía es una transmisión psíquica de pensamientos a seres psíquicos, cuya misión es servir a quienes se dirigen a la Divinidad por medio de la oración. La actuación de estos seres sirve de base a lo que llamamos "milagros"   756. Cuando resulta que todos nuestros semejantes a nuestro alrededor, tal como en la situación arriba mencionada, no son los sentidos especiales por medio de los que la Divinidad puede experimentar nuestra situación particular, ¿a quién vamos a dirigirnos entonces y a través de qué forma de prójimo va, en tal caso, a percibir el ruego íntimo que le dirigimos? Aquí es precisamente donde debe establecerse el contacto telepático. Cuando ninguno de nuestros semejantes visibles, físicos a nuestro alrededor puede llegar a entendernos o comprendernos, estamos aparentemente totalmente solos en la inmensidad del universo. Y, en una situación así, muchos seres se suicidan porque creen que todos los caminos se han cerrado para ellos y, por consiguiente, no hay ninguna esperanza. Pero esto es un gran malentendido. Porque el caso es que la Divinidad no nos ha abandonado en absoluto en ningún momento y, por lo tanto, nunca, en ninguna situación, estamos solos en el universo. Sino que es aquí cuando uno, en vez de desesperarse o suicidarse, debe ir a su "aposento" y "orar al Padre", es decir, valerse del enfoque directo y personal hacia la Divinidad o Providencia tal como está indicado en "el Padrenuestro". Y entonces este Padre o Providencia que también "ve en lo secreto", es decir, está presente cuando uno está a solas, oirá o percibirá nuestro ruego. Que esto sea posible se debe precisamente a la telepatía. Como no hay ningún ser físico a nuestro alrededor que, en esta situación dada, pueda ser el instrumento perfecto de percepción por medio del que la Divinidad pueda experimentar nuestro ruego, la Divinidad debe experimentarlo a través de otros semejantes nuestros, es decir, seres que se encuentran en la zona de existencia en que la telepatía es un método natural de transmisión de pensamiento cotidianamente. Como esta zona es una zona psíquica, sus habitantes también son seres psíquicos o seres que no están encarnados en materia física, seres que ya no aparecen en carne y sangre. Millones de seres así pueblan una esfera que limita con la zona física y, en virtud de su desarrollada facultad de percepción telepática, ayudan en gran medida a todos los seres físicos que, precisamente, se encuentran en la situación descrita con anterioridad. Como todos estos seres juntos representan todas las etapas evolutivas de la espiral, no puede surgir ninguna situación en la zona física o para el hombre terreno que no pueda ser comprendida y remediada desde la zona psíquica o esfera mencionada. Y sus habitantes se convierten así en los instrumentos especiales de percepción en el campo particular en que, en determinadas situaciones, ha habido una ruptura en el contacto entre los seres físicos, y ya no puede restablecerse con esfuerzo físico.
      Cuando un ser físico se encuentra en una situación que no puede ser comprendida o aceptada por nadie de su entorno, y en esta situación, en la que muchos por lo general se desesperan, se dirige directamente al Padre, es decir, plasma su pensamiento dirigido a la Providencia invisible en las palabras: "Padre nuestro que estás en el cielo" o de otro modo íntimo, personal y desde lo más profundo de su corazón expresa su dolor o aflicción, entonces un ruego así no puede nunca, en ningún momento, escapar a la atención de esta Providencia gracias a la telepatía y a la multitud invisible de seres de la zona psíquica o espiritual. Estos seres constituyen precisamente, como "ángeles de la guarda", los instrumentos particulares de percepción de la Divinidad en el campo especial que es la causa de que haya surgido la oración en cuestión. Y entonces también sucede en muchísimos casos que la Providencia atiende tan inmediatamente esta oración que se la califica directamente como un "milagro", que a su vez quiere decir: como un fenómeno que ha tenido lugar por medio de la actuación de fuerzas que se sustraen a las leyes físicas comunes, conocidas para la creación o manifestación.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.