Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(639-1052) 
 
Búsqueda avanzada
Véase el símbolo nº 11 en nueva ventana    

 

Lo que hemos visto en virtud del análisis del desarrollo de los talentos   747. Por medio de nuestro análisis del desarrollo de los talentos, hemos visto cómo la vida puramente práctica se entrelaza con los grandes resultados como una realidad natural y, de este modo, se convierte en una suma expresión de una prominente y genial profusión creadora, divina con un amor y una justicia culminantes. Y en virtud de este análisis de la formación de los talentos, hemos visto cómo la vida y el destino actual del ser eran una continuación perfecta de la experimentación de la vida, modelada en una vida anterior por su modo de actuar, sus deseos y anhelos. Y además hemos visto a través de ello cómo el ser, con su actual modo de actuar, sus deseos y anhelos, ya comienza a modelar su destino venidero en vidas futuras e influir en él. Hemos visto que el hecho de que los seres aparezcan en estadios o estén sujetos a una evolución no es para crear condiciones más felices para seres "futuros", sino únicamente para crear condiciones luminosas y más perfectas para "la propia" existencia de los seres actuales en vidas futuras. Y, con ello, es evidente o está claro como la luz del día que el problema del destino de los seres está al máximo en contacto con la justicia y amor con que la naturaleza, en todos los otros fenómenos, revela su poder. Hemos visto que el irresistible deseo de una posición con conciencia más elevada o una existencia más perfecta, que se encuentra en cada ser, tiene así un sentido, porque este deseo puede, de este modo, ser satisfecho y lo es. El ser que ha deseado una posición así y ha trabajado y se ha entrenado o ejercitado a favor de esta satisfacción no puede verse privado de experimentar dicha satisfacción aunque su organismo actual se destruya.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.