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Figura n.º 10 de la estrella – Inmortalidad   731. En la figura n.º 10 de la estrella del símbolo vemos un triángulo que, igual que en las otras figuras, representa al ser vivo. Alrededor de esta figura hay dibujada una figura en forma de espiral, que expresa la inmortalidad o la experimentación eterna de la existencia que hace el ser. Que esto esté simbolizado por medio de una figura en forma de espiral sólo quiere señalar que esta existencia eterna tiene lugar en ciclos cada vez más elevados. De éstos, hemos descrito últimamente el renacimiento que, claro está, también debe designarse como un ciclo. El renacimiento es un continuo regreso del ser a una existencia física y un regreso, igual de permanente, a la existencia espiritual. Y es, precisamente, en virtud de esta forma de experimentar cambiante, que la experimentación de la vida en sí es idéntica a todas las otras formas de ciclo que hay en la naturaleza, es idéntica tanto al ciclo del día y del año como a los grandes ciclos de espiral cósmicos del ser, y que en la mentalidad o mundo de pensamientos del ser encontramos "estaciones del año", verano e invierno, primavera y otoño, frío y calor, día y noche, mañana y tarde, tanto en la naturaleza como fuera de ella, y que, con ello, la vida se manifiesta como idéntica con todo y todos y, por consiguiente, convierte en un hecho que la muerte sólo es un contraste imaginario a toda conciencia. En verdad, la inmortalidad es la propiedad de la vida o el espíritu de Dios en los seres que hace de cada uno de ellos señor de la eternidad.


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