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El hambre, el anhelo o la insatisfacción sólo pueden existir como una condición previa de todo bienestar. Deseos y anhelos insatisfechos como hilos o lazos que enlazan a los seres con una existencia que va a continuar más allá de la muerte y la tumba   716. Así vemos aquí que los anhelos insatisfechos son, en realidad, un fenómeno que por lo menos es igual de frecuente que el hambre común. Que esta hambre anteriormente citada no aparece en la existencia para ser un mal, un martirio para los seres, se comprende de una manera muy intensa a medida que cada vez se va viendo más claramente que constituye una realidad que tiene necesariamente que preceder a la creación de todo bienestar, ya que éste sólo puede existir como una satisfacción, y ésta sólo puede existir a base de una insatisfacción precedente que, en realidad, es lo mismo que hambre o anhelo. El hambre, el anhelo o la insatisfacción sólo pueden existir como una condición previa, necesaria para la creación de todo tipo de bienestar. Todos los deseos o anhelos insatisfechos de los individuos constituyen, por consiguiente, una base que abrirá paso a la creación de un bienestar futuro. Pero como los individuos, según ya hemos dicho, tienen tantos deseos y anhelos, que no se satisfacen en su vida actual, de modo que esta insatisfacción es directamente un factor permanente en el análisis de los seres y no solamente un fenómeno anormal y casual en un individuo particular, se convierte en un hecho que, por consiguiente, en la mentalidad de los seres existe hoy en día una base absolutamente imprescindible que abrirá paso a la creación de un bienestar futuro, es decir, un bienestar que está más allá de "la muerte" y de "la tumba". Todos los deseos y anhelos insatisfechos o cada forma de hambre mental insatisfecha son, así pues, los hilos o lazos indisolubles que, tras la destrucción del organismo físico, enlazan la actual existencia del ser con una continúa experimentación futura de la vida.


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