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La vida es un movimiento rítmico entre los dos polos contrarios "descanso" y "actividad". Este ritmo es la respiración o pulsación eterna de la vida misma   712. Toda experimentación de vida sólo puede, de este modo, existir como un proceso de hambre o saciedad. Nuestra existencia diaria ha sido eterna y continuará eternamente siendo una experiencia cambiante de "descanso" y "actividad". "La saciedad" constituye el cese de energía que se produce cuando los deseos, las añoranzas o los anhelos han sido satisfechos hasta la perfección y, por consiguiente, sólo puede expresarse de manera justa como "descanso". "El hambre", al contrario, existe como la violenta fuerza motriz en el interior de uno originada por los fuertes deseos o anhelos no alcanzados y, por lo tanto, sólo puede expresarse de manera justa como "actividad". "Descanso" y "actividad" son, de este modo, las fases básicas e inconmovibles de la vida. Ninguna experiencia puede existir sin ser o bien "descanso", que en realidad quiere decir una disminución de energía, o bien "actividad", es decir, un aumento de energía. La vida es, así pues, un movimiento rítmico entre estos dos polos contrarios. Este ritmo es "la respiración" o "pulsación" eterna de la vida misma.


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