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La muerte no puede ser en ningún caso cese de vida, sino que forma parte de la creación o promoción de la experimentación de la vida. Si la muerte no existiera sería imposible todo tipo de creación   707. La expresión "hombre" no es, así pues, en realidad expresión de "algo vivo", sino de una forma de manifestación o una manera especial de manejar las energías por parte de "algo vivo" tras ellas. Lo mismo se hace valer, naturalmente, para las expresiones "animal" y "planta". Como todos estos fenómenos son "cosas creadas", por sí mismas no pueden ser o constituir al "ser vivo" en sí, que es el origen o creador de dichos fenómenos. Cuando alguno de estos fenómenos, por ejemplo un hombre, "muere", lo que "muere" es una "producción" o una cosa creada. Pero como una "cosa creada" nunca ha estado "viva", lo que "muere" no puede ser nada vivo. Pero si lo que "muere" no puede ser "algo vivo", lo que pasa en este proceso es que sólo hay "algo muerto". Pero como sólo pueden ser los "muertos" los que "mueren", "la muerte" no puede jamás ser lo mismo que "cese de vida". En sí misma sólo es un proceso de descomposición y se muestra, por consiguiente, como formando parte de la creación, porque una creación no puede de ninguna manera existir sin formar parte de dos procesos: "descomposición" y "composición". El material para la creación sólo puede existir exclusivamente como energías o sustancias "liberadas", y éstas no pueden de ninguna manera ser "liberadas" sin una descomposición, del mismo modo que una creación no puede de ninguna manera existir sin ser un compuesto de estas energías "liberadas". "La liberación" o "descomposición" es, por consiguiente, una condición previa imprescindible para toda creación, dado que todas las energías están latentes. Si no estuvieran latentes, no sería necesaria ninguna fuerza para la creación. No habría nada llamado "peso". No habría nada en absoluto que pudiera "caer", es más, no habría, en resumidas cuentas, ninguna posibilidad en absoluto de experimentar ninguna energía o fuerza. Pero es un hecho que ninguna creación, por pequeña o microscópica que se presente, puede tener lugar si no es en forma de vencimiento de energía. Para cualquier creación o manifestación se necesita energía. Este fenómeno convierte en un hecho inalterable que toda energía o sustancia sólo puede existir en un estado latente. Pero este estado latente haría imposible toda creación si no hubiera la posibilidad de "descomposición" o "liberación", lo cual en realidad sólo quiere decir una transformación de la relación eterna del tipo de sustancia o energía en cuestión con el resto del océano de sustancias. Una verdadera liberación, en el sentido absoluto de la palabra, no existe, porque entonces la rareza de que "algo podría convertirse en nada" sería un hecho. La verdadera liberación de un tipo de sustancia o energía del resto del océano de sustancias del universo tendría, precisamente, que condicionar el surgimiento de una zona fronteriza entre la energía liberada y el océano de sustancias que sólo podría exclusivamente estar formado por un "vacío" absoluto. Pero un "vacío" absoluto sólo puede ser un espacio que contiene una "nada" absoluta. Pero un espacio así no existe. El concepto "nada" sólo abarca un contrario "imaginario" al "algo" que de manera inalterable llena "todo" el universo e impide totalmente que éste haga lugar para algún "vacío" absoluto.
      Si una clase de energía o de sustancia pudiera rodearse de un "vacío" absoluto, su conexión con el resto del océano de sustancias se interrumpiría, de este modo, eternamente. La creación de una nueva conexión sería totalmente imposible, porque, ¿qué energía podría atravesar un "vacío" absoluto? ¿Un proyectil?, ¿Un cohete? No, de ninguna manera. Porque en el momento que un fenómeno así atravesara la frontera del "vacío" se convertiría inmediatamente en "nada", del mismo modo que la clase de sustancia o energía rodeada por el vacío, hacia el cual ésta se dirigía, ya haría mucho tiempo que habría pasado a esta misma "nada". Y aquí tendríamos una situación que sólo tendría un paralelo, a saber, la situación de que a todo el océano de sustancias restantes le habría sobrevenido el mismo destino. Como este océano, claro está, también limitaba con "el vacío", debido a esto habría perdido el contraste que hace que sea accesible a la percepción. Todo se habría convertido, por consiguiente, en una "nada". En relación con esto hay que recordar que una sustancia o energía sólo puede existir en virtud de su contacto con otras energías. Si una energía pudiera estar totalmente rodeada de un "vacío" absoluto, no sería posible un contacto así, y, por consiguiente, tampoco podría surgir ninguna reacción. Y sin esta reacción toda percepción o experimentación de la vida sería imposible, del mismo modo que "el principio trino" sería una ilusión. Y donde ahora existe la vida de una manera soberana como un "algo" eternamente "existente", habría una "nada" absoluta que dominaría eternamente.
      Pero gracias a la circunstancia de que la liberación de una clase de sustancia o energía sólo puede existir – no como un cese – sino únicamente como una transformación de su conexión con el océano de sustancias, un campo o dominio de "la muerte" así no puede existir en absoluto. "La muerte" no es, por lo tanto, una aniquilación de la vida, sino en sumo grado una estimulación del avance del "algo eterno y soberano", del universo.


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